sábado, 2 de febrero de 2008

EL PNV, Nafarroa y las conversaciones

Según “Gara”, Joseba Alvarez, refiriéndose a unas declaraciones del presidente del EBB en Radio Euzkadi , dijo: "Josu Jon, como responsable en esa negociación de la mano del PNV, dijo 'no' a esa propuesta, no porque fuera una 'amenaza' sino porque su partido 'quiere seguir haciendo negocio' y un marco que integre a los cuatro herrialdes del sur le haría perder su "hegemonía política" y sus 'intereses económicos'”. No dice si, tras el esfuerzo intelectual para elaborar este análisis, descansó, o no.

Cualquiera que conozca un poquito Navarra, no mucho, sabrá que, a los navarros de cualquier signo, les fastidia bastante cualquier cosa que suene a imposición. En la década de los 1930, cuando los antepasados de don Joseba circulaban por otras veredas ideológicas, el PNV, apoyándose incluso en hijos de emigrantes navarros residentes en Bilbao (como Jauregui o mi viejo amigo José Luis Irisarri) hicieron una pintoresca campaña llamada “la Ribera en JEL”. Algunos jeltzales navarros y oriundos acabaron en el Ebro donde habían sido arrojados por simpáticos riberos al grito de: “Nosotros navarros, a mala hostia”.

La acción de ETA en los últimos treinta años (1978-2007) propició, por un lado, no solo el rechazo de la mayoría de los navarros, propiciando asimismo el alejamiento de sectores vasquistas (aunque fuesen tímidamente vasquistas). Por otro lado, ya no la división, sino la fragmentación del campo abertzale navarro.

El nacimiento de Aralar y la posterior consolidación de Nafarroa Bai convierte a la coalición en fuerza hegemónica dentro dentro del campo abertzale y vasquista navarro, desplazando a Batasuna de una aparente posición predominante. Por otro lado, el nacionalismo vasco democrático, amén de su condición de segunda fuerza política de la comunidad, es referente indispensable (por acción u omisión) en el campo democrático, lo que, por cierto, no había ocurrido en los últimos treinta años.

Ocurre que Batasuna, ni antes ni ahora, tiene en cuenta lo que piensan la mayoría de los navarros porque, históricamente, han jugado al “o todo, o nada y ya”. Estrategia no solo fracasada sino que está en la antípoda de la defendida por Nafarroa Bai, fuerza por la que el PNV ha apostado dentro y fuera de la comunidad foral. El PNV claro quiere el “Laurak Bat”, pero no impuesto. Ya no quiere acabar en el Ebro y profundizar en la sima.

Escuchando a Alvarez, que, por cierto, no hace más que repetir la cantilena tanta veces escuchada en los últimos meses, podría entenderse que, de unirse los cuatro territorios de Euskadi Sur, Batasuna iba a ocupar todas y cada una de las instituciones, convirtiéndose el PNV en una especiede fuerza marginal. Una simple operación aritmética nos da la solución, mientras Batasuna en cuanquier versión más nulos no llega al 12 por ciento, el PNV y las fuerzas que conforman Nafarroa BAI serían la primera fuerza política. Eso sí: podría verse superada por la suma del PSOE y PP-UPN.

En los últimos tres años, Josu Jon Imaz ha repetido a todos aquellos que quieran oirlos que el PNV no comparte ni medios, ni fines con la izquierda radical. Por ello, no se suma a la imposición que intenta una fuerza que, en Nafarroa, está en franco retroceso. El resto de los argumentos de don Joseba no son más que insultos.


Enviado a DEIA el 28 de junio de 2007

No hay comentarios: