tag:blogger.com,1999:blog-85347614602259755502024-02-18T17:59:53.462-08:00Gure Lurraren DEIAAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.comBlogger63125tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-48847525799264895902012-03-07T02:36:00.002-08:002012-03-07T02:36:52.901-08:00Los once escalonesEn los albores de 1977, nadie daba un duro por el Partido Nacionalista Vasco. Eran, por un lado, las diferentes izquierdas a la izquierda del PSOE las que bramaban por la primacía. En el caso vasco, eran las izquierdas abertzales (que eran muchas) las que, además, reclamaban su protagonismo en el campo patriota: recordemos, además de las dos ETAs y media, estaban ANV, ESB, ESEI, EIA, HASI, LAIA en doble versión (Bai y Ez),…<br />
No debía estar todo tan claro (al menos para algunos sectores de las “izquierdas abertzales”), porque se montó la hoy famosa reunión de Txiberta, que era un intento de ETA militar para liderar un boicot a las elecciones que se habían convocado para el 15 de junio de aquel año. El fracaso de la reunión rayó en los grotesco. Todas la siglas citadas (además del PNV, que también acudió) menos HASI, salían de la reunión para ir a organizar sus respectivas campañas. El batacazo de las siglas de las “izquierdas abertzales” fue memorable. Salvó en parte los muebles la coalición Euskadiko Ezkerra (formada al final por EIA, MCE e “independientes” de la que se había retirado HASI y otros “independientes”).<br />
Las otras izquierdas tuvieron en Euzkadi resultados desiguales. El PCE –que reclamaba para sí el cuasi-monopolio de la lucha antifranquista- desapareció del mapa, lo mismo que la mayor parte de las organizaciones a su izquierda. Solo quedaba el PSOE. Nicolás Redondo Urbieta declaró en una entrevista a Cuadernos para el Diálogo que había funcionado la “memoria histórica”.<br />
Las derechas se agruparon, fundamentalmente, en torno a los partidos que tienen su origen en el franquismo reformista: la Unión de Centro Democrático (un partido montado a toda velocidad en base a la estructura del Movimiento para que Suárez tuviese una organización) y la Alianza Popular de Fraga y otros seis ex ministros del dictador.<br />
En aquellos momentos, el PNV está afianzado el primer escalón. Tras una Asamblea memorable, se había convertido en la primera fuerza de los que, luego, será la CAPV, y sus prioridades eran la libertad, la amnistía y el estatuto de autonomía. Poco a poco, comienza a afianzarse un sistema de libertades aceptable. En el verano de 1977, la Asamblea de Parlamentarios Vascos iniciaba la discusión de lo que debía ser el estatuto de Autonomía. En el otro, las Cortes aprobaban una ley de amnistía que vaciaba las cárceles de presos políticos. Pero,…<br />
Las “izquierdas abertzales” comenzaban a reaccionar (en apariencia). Mientras se iniciaba el proceso autonómico, se convocaba la Marcha de la Libertad, que debía acabar en Arazuri, a las afueras de Iruñea. El PNV, como hiciera en Txiberta, se mantuvo al margen a pesar de las críticas. Este partido había decidido que los avances para el pueblo vasco se conseguirían por la vía institucional y pacífica.<br />
A pesar de que la amnistía había vaciado las cárceles, de los avances en materia autonómica, el sector mayoritario de las “izquierdas abertzales” opta por la ruptura, reanudándose las acciones armadas en una espiral enloquecida. Con el paso del tiempo, de aquel “ETA herria zurekin”, se pasó a un rechazo creciente y a la profundización de una brecha profundado entre los violentos y quienes rechazaban el terrorismo. En septiembre de 1978, el PNV convocaba una multitudinaria manifestación de rechazo a ETA en Bilbao (“la de las palomas”) que le atrajo críticas como las vertidas en una carta publicada en Egin por Mario Onaindia Natxiondo y Eduardo Uriarte Romero. Se ascendía un segundo escalón.<br />
Al mismo tiempo, el nacionalismo en JEL, se consolidaba como una fuerza mayoritaria en el campo abertzale e indispensable en el mundo democrático. Y esto resultaba un elemento que distorsionaba el mapa político del postfranquismo. Desde el primer momento, quedó claro que el PNV era el elemento a batir. En 1977, este partido obtuvo (en lo que luego será la CAV más votos y más diputados que las demás fuerzas). Mantenía con el PSE una buena relación histórica, en el Gobierno en el exilio, en el Consejo delegado, habían firmado el pacto de Frente autonómico, pero, en la primera oportunidad, es decir, al constituirse el primer Consejo General Vasco, un organismo preautonómico de escaso contenido, el PSOE unió sus votos a los de la UCD para desplazar a Juan de Ajuriaguerra de la Presidencia del mismo. Estaba claro desde el primer día que este tipo de fuerzas no dudaría lo más mínimo para desplazar al PNV de aquellas instituciones en la que pudiese. Las razones eran lo de menos.<br />
Mientras tanto, las “izquierdas abertzales”, tras el batacazo del 15 de junio de 1977, trataban de reagruparse sobre otras bases. Se monta la llamada “mesa de Alsasua” de la que surgirá Herri Batasuna. Solo Euskadiko Ezkerra quedará fuera. Son tiempos de grandes proclamas. En las elecciones generales de 1979, obtienen cuatro diputados a Cortes (3+1). En la municipales y forales, HB se convirtió en la segunda fuerza. Sin embargo, optaron por mantenerse al margen mientas mientras que la violencia se disparaba al infinito.<br />
Las “izquierdas abertzales” rechazaron la Constitución de 1978. El PNV se abstenía. El texto, que fue aprobado, recibió solo el respaldo del 30 por ciento del Censo. El Estatuto de Autonomía se convertía en una nueva oportunidad. El texto, esta vez, fue aprobado por todos excepto por HB. Es cierto que algunos de quienes lo había votado no parecían dispuesto a cumplirlo. En 1981, UCD y PSOE ponían en marcha la LOAPA, una ley orgánica cuya entrada en vigor suponía el fin del autogobierno.<br />
El PNV se disponía a subir un nuevo escalón. Está vez casi en solitario: la profundización del autogobierno a través del Estatuto y la consolidación de unas instituciones propias. Fracasado el intento de la LOAPA, se desarrolla una estrategia de ralentización del proceso autonómico y de gobierno “desde la mayoría central”. Lo aprobado por los vascos pasaba así a un segundo plano.<br />
Mientras tanto, se debía afrontar una terrible crisis económica. La negociación para el ingreso en la CEE, por un lado, y la reconversión industrial, por otro, destruyeron decenas de miles de trabajo. Algunas decisiones en este punto tenían un claro sesgo político-partidista. Ante el desprecio de HB, el PNV se “vació” para ir arrancado las competencias reconocidas en la ley 3/1979. Recuperado el Concierto y pagando peaje tras peaje se iba avanzando sentando las bases de una sociedad y de una economía distintas. <br />
En plena subida, se produjo una escisión terrible. Pasados los años, se demostró que, en el proceso de construcción del autogobierno, debilitar al PNV conseguía fragmentar a una sociedad excesivamente enfrentada en sus facciones. Pero, era lo que interesaba y, en la división del PNV, hubo muchos factores externos al propio partido. En la nueva fase, se produce un error terrible: hay quien cree que, donde debe pescar EAJ para recuperar su pujanza, es en los caladeros de las “izquierdas abertzales”. Por otro lado, algunos vinculaban violencia y “normalización política”. Y así se llegó a Lizarra donde, aprovechándose de las ansias de paz de algunos, las “izquierdas abertzales” quisieron recuperar Txiberta empujando al PNV a una ruptura a la que no estaba dispuesto, y menos con ETA militar de garante. ETA fue desaprovechando una tras otra las oportunidades que se le ponían delante. Si, en 1977, se había quedado colgada de la brocha, al final solo le queda la opción menos favorable de todas las posibles. Eso sí, para aceptar como campo de juego ya no el mismo que había despreciado hace 35 años, sino el dibujado por una ley de partidos que es una norma aprobada desde “la mayoría central”. Y, aprovechándose de esto, como ocurriera en 1978 con el acuerdo UCD-PSOE, se desplazaba a la fuerza más votada. Y es que el objetivo de unos y otros es más el PNV que solucionar problemas o avanzar.<br />
El PNV subía dos escalones más: por un lado, siguió en su trabajo por la profundización del autogobierno, consiguiendo nuevas competencias de las recogidas en la Ley Orgánica 3/1979 que sigue sin cumplirse. Por otro, tratando de sentar las bases que faciliten una salida más rápida de la crisis económica a la que nos hemos visto arrastrados. Y es que el PNV es el único que tienen un plan.<br />
Quedan once meses de duro trabajo. Once escalones para llegar al lugar en el que se comiencen a ver las cosas más claras.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-12217102694284558522011-07-19T03:13:00.001-07:002011-07-19T03:13:58.414-07:00Declive en GipuzkoaJosé Manuel Bujanda Arizmendi<br />
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Comienzo con unas líneas extraídas del prólogo del “Imposible vencido. Arte de la lengua bascongada” de Manuel de Larramendi que allá por el año 1729 se jactaba de haber logrado lo que para muchos era imposible, desentrañar las reglas por las cuales el euskara se articulaba gramatical y sintácticamente. El lo logró y por ello tituló así la primera gramática vasca. Dice así respecto a lo imposible: “Unos quieren que sea imposible lo que aborrecen, y no pueden ver, otros ciñen demasiado los límites de lo posible, midiéndolos en su corto alcance, otros en fin, llaman imposible a lo que piden aplicación, estudio y trabajo () por ello es preciso que unos moderen su voluntad, que otros condenen su corto alcance y que otros en el estudio laborioso reconozcan una especie de omnipotencia () Si llaman imposible a una gran dificultad…” No pudo haber pues respuesta más contundente a aquellos que creían que era imposible escribir una gramática vasca. Pero al contrario de lo que se creía, sí era posible, M. Larramendi trabajó y lo consiguió. Venció a lo que parecía ser imposible. <br />
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Llegado a este punto quizás el sufrido lector esté pensando sobre qué rayos versarán las líneas que sigan a ésta. “El imposible vencido”, sí, algo así podríamos titular también la política de y en Gipuzkoa. Me explico, quisiera hoy deslizarme sobre los resultados obtenidos por el PNV en Gipuzkoa, que es como disertar sobre su declive en este territorio. Declive que es cierto. Declive que no tiene por qué ser irreversible y que es posible frenar. Pero la premisa para abordar el tema en cuestión es reconocer el hecho en sí y asumir responsabilidades políticas correspondientes, asumir que el declive existe y que se está manifestando de una manera diáfana en los últimos, pongamos que, ocho años. Y que tiene claros responsables políticos. En este sentido afirmé en uno de mis últimos artículos, que el PNV ha sido el partido que mejor ha aguantado el chispazo electoral de Bildu, que el PNV sacó unos buenos resultados en Bizkaia, magníficos en Bilbo, que aguantó el tipo en Alava y que cosechó unos resultados malos de solemnidad en Gipuzkoa, y seguí manifestando, que el PNV, en mi opinión debería de llevar acabo una muy necesaria, serena y profunda reflexión, incluso una autocrítica no menos necesaria y absolutamente saludable. Pero los humanos tenemos a veces la capacidad de obviar la realidad, retorcer el paisaje que tenemos ante nosotros, hacer ilusionismo con los números, fijarse en la paja del ojo ajeno obviando la viga en el propio…el responsable político ha adquirido la capacidad de mirar a otro lado, hacer txandapasa a su responsabilidad política, distraer la atención hacia otros lares y disimular ante lo indisimulable, es decir no asumir la realidad, la fea. <br />
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Y en Gipuzkoa hay una realidad, fea ella, en cuanto a los resultados del PNV, éstos han sido malos, sin paliativo alguno. El PNV ha perdido poder e influencia institucional a raudales, una auténtica hemorragia, su presencia institucional es mínima, ha perdido alcaldías emblemáticas e incluso la Diputación, es más, ha perdido musculatura en la calle, ha difuminado su punch en cuanto a su mensaje, sus articulaciones chirrían y su discurso confunde. En una palabra, no ha acertado. Y así hay que reconocerlo. Sin reconocerlo no hay remedio posible. Y es triste no tener la capacidad de reconocerlo, pues insisto, siendo el reconocimiento el primer paso para rectificar y darle la vuelta, ese reconocimiento se maquilla y se envuelve en celofán coloreado con argumentos pueriles. He hablado de darle la vuelta a la situación porque sí es posible, se puede y se debe frenar el declive, se puede y debe generar de nuevo ilusión para con el PNV y volver a ocupar el cauce central de la sociedad, ser la principal referencia de nuevo, la referencia inequívoca del nacionalismo vasco en Gipuzkoa, estoy convencido que podemos de nuevo volver a conectar con las necesidades reales de los ciudadanos de la calle, conectar con los problemas reales de los jóvenes y de los no tan jóvenes, mayores, parados etc. Hay que hablar, tenemos que hablar sobre los valores que caracterizan al PNV, y no de jardines ajenos, y explicar nuestras propuestas para responder a los retos del presente y adelantarse a los del futuro. Y ello sí es posible. No es imposible. Se puede vencer a lo que parece imposible. Trabajemos con patriotismo y reditar “El imposible vencido”, convencido de que es posible, que podemos vencer al imposible. Podemos de nuevo ser lo que siempre hemos sido. <br />
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El transcurrir de la historia tiene sus leyes inapelables de oportunidad, no sería de recibo perder ésta. Nuestros mayores en épocas más difíciles lo lograron con coraje hasta legarnos este nuestro presente. Mejoremos este su legado para los que nos sigan. Y que todos ellos hablen bien de nosotros en parecidos términos en el futuro que les toque vivir. Futuro, donde el PNV de siempre, seguirá, lo repito, ocupando el cauce central de la sociedad gipuzkoana, ensanchando las orillas de ambos lados y construyendo la Euskadi de las siete tierras vascas. El imposible será de nuevo vencido. Depende de nosotros mismos. A ello pues. Aire fresco, ilusión, responsabilidad, trasparencia, honestidad, caras nuevas, ventanas abiertas, ideas claras, autocrítica, asunción de la realidad, valores, mirada al frente, liderazgo, sin complejos, como siempre… y a lo nuestro.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-35387958074458818202010-12-08T08:30:00.000-08:002010-12-08T08:30:14.656-08:00Y , después de ETA, ¿qué?Leo en estos días cosas curiosas como un artículo en un medio electrónico titulado “<i>Pavor a la izquierda abertzale”</i>. Leyendo el texto y los comentarios que le acompañan tengo la impresión de que algunos viven en Marte. Si uno pasea por Bilbao, por Lekeitio, por Mutriku,… Si se da una vuelta por los campus de Donostia o Gasteiz,… Si hace por conocer cómo y cuándo surgen los industrialdeak y los parques tecnológicos…se dará cuenta que la “izquierda abertzale” no tiene nada que ver con nada de esto (que, además, es lo que, entre otros cosas, ha hecho que en Euskadi el desempleo sea la mitad que la media estatal). Más bien al contrario. Cuando uno ve a un camionero polaco perdido en una rotonda en Lekeitio porque alguien ha borrado el nombre en castellano, uno piensa en que, con el mismo “spray”, se han pintado más abajo “<i>Lekeition lan eta bizi</i>” (¿”trabajar y vivir” en un lugar donde es difícil sacar y meter mercancías?). La izquierda abertzale se ha pasado los últimos treinta y tres años en otra cosa, que, por cierto, nada tenía que ver con aquello que decía la alternativa KAS de “mejora de las condiciones de vida y trabajo del pueblo trabajador vasco”.<br />
Además, el pueblo vasco necesita una explicación. ¿Por qué acepta ahora a la baja lo que no hicieron hace treinta y tres años, y mucho más a la baja, de lo acordado en Loiola?. Es una explicación imprescindible, especialmente porque demasiados quedaron en el camnio.<br />
Y, en el nuevo escenario, ¿qué “pinta” el PNV?. O, mejor dicho: “¿Pinta algo el PNV?”. Por lo que uno lee, en el diseño del “nuevo escenario”, al Partido Nacionalista Vasco se le reserva el papel del mirón en el mus (se calla y da tabaco). Por si fuera poco, en este polo, el “derecho a decidir” se presente como un capítulo más de una estrategia más amplia que pasa por hacerse con la hegemonía del campo abertzale. ¿Para qué?. No se sabe. No conocemos el programa económico (¿cómo piensan Peio Urizar o Rufi Etxeberria crear empleo?).<br />
Ante esta “cosa”, el PNV debe no solo luchar con todas fuerzas por recuperar la hegemonía en el campo abertzale en todos los territorios posibles, sino trabajar para que el adversario no consiga su objetivos (uno de ellos, desplazarle). No solo no deben abrirse rendijas, sino hay que subir la altura del muro. Y estar vigilantes con algunos “amigos”, no vaya a ser que nos metan en el patio de casa el caballo de Troya. Y es que yo (desde la muy lejana década de los 1970) no acabo de fiarme de los “sexteros” (de ETA VI). Esos que sirven para un roto y un descosido. Los veo ocultos tras una careta del <i>Pato Donald</i> o de <i>Mickey Mouse</i>, y eso no puede ser serio.<br />
En los días que siguieron a la escisión, por lo menos en Bizkaia, el PNV activó varias líneas de actuación: la principal, fue la organización. Era una cuestión clave cuando, en algunos municipios, se estuvo al bordo de la extinción. La segunda se concretó en las llamadas “semanas nacionalistas” (que fueron, básicamente, ciclos de conferencias en el que participaron los máximos dirigente del nacionalismo en JEL) y, luego, otra serie de actividades dirigidas a motivar a la militancia propia (como el Jator Eguna, inspirado en Lea Artibai por el escritor Augustin Zubikarai) o el Euskararen Eguna, con , por ejemplo, un intenso homenaje a los euskaltzales de Elantxobe: Gorgonio de Renteria, Ogoñope, Andima Ibinagabeitia, Imanol Berriatua… En su inmensa mayoría (con la excepción del franciscano Berriatua), vinculados al PNV: Renteria fue presidente del EBB, el periodista Ogoñope dirigió la Junta Extraterritorial de México. Se trataba de “marcar territorio” en circunstancias muy difíciles. Fue un trabajo duro que, con todo los matices que se quiera, dio sus resultados. Y, así, por ejemplo, en Bizkaia, solo resta abrir las puertas del Partido a los miembros de EA. Sin condiciones, ni reproches.<br />
Los resultados de intentos de polo soberanista en Catalunya ha sido desastrosos. La Esquerra (ERC), que quería sustituir a CiU, entregó el Gobierno al PSOE y este, acompañada de la propia ERC y de IU, ha sido incapaces de resituar al país, colocándolo en una coyuntura económica inédita. Eso sí, era “de izquierda”. Al final, los catalanes han optado por el nacionalismo que se ocupa del desarrollo económico, de la creación de empleo y del bienestar de los ciudadanos. “Primum vivere, deinde philosophare”.<br />
La construcción nacional desde el progreso económico y social es, siempre, mucho más sólido que cualquier otra opción. La buena administración de la hacienda, sirve para el caserío, para un ayuntamiento…y para un país. Y esto no es cuestión de derechas o izquierdas. Bloomberg (en un artículo firmado por Vernon Silver y Charles Penty) se ha mostrado recientemente muy crítico con la gestión económica de PP en la época Aznar (especialmente con Rodrigo Rato). Dicen que el PP “no supo aprovechar los buenos tiempos para llevar a cabo reformas estructurales en la economía española” y limitar su dependencia del turismo y la construcción”.<br />
En estos momentos, los ciudadanos quieren saber cosas más sencillas: si van a tener empleo el mes que viene, si van a poder pagar los salarios, si recibirán atención sanitaria cerca de su casa o a cincuenta kilómetros, cómo pagaran la hipoteca, si cobrarán una pensión, cómo serán la ciudades y pueblos y ciudades que dejemos a nuestros hijos,… Y, para atender este tipo de cuestiones, ni un “frente abertzale”, ni un política de izquierda clásica (tampoco una política neoliberal) tienen las respuestas. Además, visto lo visto, tampoco serían capaces de vincular la economía vasca a aquellas economías que resisten mejor los ciclos de crisis, con tasas de paro inferiores al 8 por ciento (entre el 6.8 alemán y el 8 belga).<br />
El PNV debe afrontar el tiempo post-ETA desde tres premisas: la consolidación de un proyecto autónomo (sin mirar a unos y otros), la prosperidad económica (desde la justicia social) y la profundización del autogobierno en un proceso constante, agotando todos los recursos legales que el sistema permite: completar el 100 por 100 del Estatuto (tal y como se aprobó en 1979) y la actualización general del régimen foral nos llevaría a una situación cercana a las vísperas de la ley abolitoria de 25 de octubre de 1839. <br />
Por cierto, todo lo anterior forma parte de un sistema que la “I.A.” dice estar dispuesta a aceptar. Treinta y tres años después, pero…finalmente, han optado por convertirse en una fuerza vulgar.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-81355991167290709742010-09-19T01:16:00.000-07:002010-09-19T01:17:24.801-07:00ASPIRACION ULTIMA y MARCO DE CONVIVENCIALa aspiración última del nacionalismo es conseguir que el Pueblo Vasco sea sujeto (y no objeto) de todas y cada una de las decisiones que le afectan. Pero, esta aspiración puede ser asumida sin dificultades por quienes no se consideran nacionalistas. ¿Qué ciudadano desprecia ser sujeto de aquello que le afecta?. ¿Qué los demás no decidan por él. Los vascos tenemos, en estos momentos, dos instrumentos (mejores o peores) para avanzar en el autogobierno: el Estatuto de Autonomía (en el caso de la CAPV) y la foralidad plena. Dos mínimos en los que podrían estar de acuerdo nacionalistas vascos y constitucionalistas españoles.<br />Pongamos algún ejemplo: ¿quién preferiría que le gestionase las pensiones un vasco socialista de la Margen Izquierda?. ¿Por qué no se hace una encuesta?. Por otro lado, simultáneamente (y además) al debate sobre otras cuestiones, la plena autonomía constitucional permitiría adecuar el sistema de la financiación de las pensiones a la realidad económica actual (el envejecimiento de la población y la globalización de la producción). Se trataría de establecer recursos financieros y fiscales en un fondo siguiendo el ejemplo noruego. El Artículo 18.2 b del Estatuto de Autonomía establece claramente que “Corresponde (a la Comunidad Autónoma del País Vasco) la gestión del régimen económico de la Seguridad Social”. La mitificación constitucionalista de la “caja única” (que no afecta, por ejemplo, a políticos o militares) dificultaría, sin duda, el traspaso de esta competencia. Por el contrario, se pueden establecer fondos forales de garantía social que, por un lado, sirvan para financiar servicios sociales y, por otro, como complemento de las pensiones. La dotación de estos fondos tendría un carácter mixto: a través de un impuesto y, por otro lado, de aportaciones individuales.<br />Desde hace muchos años (demasiados), el Tribunal Constitucional es una tercera cámara política. Sorprende que sus decisiones sobre cuestiones que afectan a la ley orgánica 3/1979 (Estatuto de Gernika) no tengan en cuenta algo que parece una verdad de Pero Grullo. Si quienes redactaron las Constitución de 1978 fueron los mismo que aprobaron, meses más tarde, el Estatuto de Autonomía, ¿no se dieron cuenta que esta última ley contradecía preceptos de la Carta Magna?. ¿Por qué todo el mundo comenzó a darse cuenta de cuestiones “irrenunciables” a partir del fracaso de la LOAPA?. Algunos textos sobre la “caja única” emitidos por el T.C. se basan, por cierto, en una “transitoria” de la Constitución. Por cierto, en estos días que se habla de la modificación de la L.O. del Poder Judicial (ley Ledesma) para adaptar esta norma al Estatuto catalán, era una buena oportunidad para recuperar la competencia estatutaria “laminada” por la citada ley.<br />El segundo elemento para avanzar en el autogobierno es la foralidad. Herrero de Miñón y Lluch dejaron escrito que “los Derechos históricos no son una reliquia arqueológica, más o menos curiosa, ni un concepto político(…) son una categoría jurídica positivizada por las cláusula definitoria contenida en la Disposición Adicional Primera de la Constitución. Esto es la norma suprema a la que están sujetos todos los ciudadanos y los poderes públicos, según su art. 9.1, puesto que carecería de sentido predicar de toda la Constitución y sobre la base del citado artículo su pleno y completo carácter normativo y excluir del mismo la Adicional Primera”.<br />Los constitucionalistas españoles deberían ser, por principio, los más interesados en que se cumplan sus propias normas, y, por supuesto, aquellos acuerdos parlamentarios que, con su apoyo “interpretaban” de forma amplia y plural el Estatuto. <br />Hay una buena base legal de convivencia. Para los nacionalistas vascos, todo lo que sea ser sujeto único de decisión en lo que les afecta (por ejemplo, la gestión de las políticas activas de empleo) supone un paso adelante. Seguramente, no es suficiente. Para los otros, motivo de alegría, porque se cumple la ley. <br />Sin embargo, no hay razones especiales para el optimismo. Han transcurrido treinta y un años desde que se aprobó el Estatuto de Autonomía y, antes de que naciese, ya comenzaron los recortes. Recordemos que el texto autonómico consensuado por los partidos en Euzkadi fue “lijado” en Madrid por Fernando Abril-Martorell y Alfonso Guerra. ¿Cómo no se habrían dado cuenta de “lo de la Seguridad Social”?. ¿Aceptaría el nacionalismo vasco mayoritario, sin renunciar a lo que dice la Disposición Adicional del Estatuto de Gernika, establecer un marco de convivencia basado en la plenitud estatutaria y en la actualización de los derechos históricos reconocidos en la Constitución de 1978?. ¿Y los constitucionalistas?. ¿Acabarán reconociendo el “hecho diferencial vasco” que es, no se olvide, un “hecho” constitucional?.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-79842316939752639192010-09-16T23:32:00.000-07:002010-09-16T23:33:37.432-07:00Reflexión sobre nuestros erroresDos de los momentos más duros que me ha tocado vivir fueron los asesinatos de Gregorio Ordoñez y de Miguel Ángel Blanco. La noticia del primero me sorprendió en la redacción de Deia, en Bolueta. No había explicación posible. Cuando alguien trató de analizar lo sucedido, salí de la sala. Ordoñez, que no me caía bien por su forma de manejarse, era un representante del Pueblo Vasco. En este caso, de los ciudadanos de Donostia.<br />No había análisis posible: era un crimen execrable y cruel que también me afectaba a mi de forma directa. Lo de Miguel Ángel Blanco fue aún peor. Envié un carta a los medios (solo apareció en El Correo). Recordaba que mi tío, Domingo San Sebastián Lapeyra, coadjutor-organista de la parroquia de Ermua, junto con el vicario, don Críspulo Salaberria, había salvado la vida gracias a la intervención de algunos (pocos) carlistas ermuarras. Así, de dos condenas a muerte que pedía el fiscal militar, se pasó a 25 años de destierro en Asturias.<br />Surgió el “espíritu de Ermua” que, básicamente, envolvió a una de las campañas más brutales contra el PNV. Jon Juaristi llegó a escribir que el responsable del asesinato de Blanco Garrido había sido Sabino Arana. Yo me había criado en “otro espíritu de Ermua”. Don Críspulo y don Domingo dedicaron los meses de la guerra a proteger a las gentes de derechas (ocultándolos en caseríos de confianza). Cuando entraron los requetés y comenzó la represión, mi tío, desde el púlpito, recordó el Evangelio y que Jesús, ante la ofensa, ponía la otra mejilla. No le dejaron acabar la Misa. Lo bajaron de mala manera del púlpito y se lo llevaron.<br />Primero estuvo en el Carmelo y, a tener petición de pena de muerte, lo trasladaron a Larrínaga. De allí, a Asturias –pudo ir a Cuba donde un primo, Segundo Cazalis, le había conseguido acomodo- junto a otros curas vascos (iban a sustituir a los fusilados por los republicanos). Su testimonio se encuentra, por cierto en los archivos del Vaticano (fue localizado por Iñaki Goiogana). En Asturias, hizo amistad con numerosos socialistas (como él, del bando “perdedor”) y se dedicó con todas sus fuerzas a ayudar a los más desfavorecidos. Primero, a los derrotados y, luego, a los primeros inmigrantes que llegaban a trabajar en Ensidesa. Regresó a Lekeitio y, siguió, como era norma, haciendo el bien, siendo consecuente con el Evangelio. Así que, cuando un día la Guardia Civil de Ondarroa, en plena dictadura, pidió un cura para decir Misa el día de la Patrona, al negarse a hacerlo los curas del pueblo, mi tío no lo dudó. “No se le niega a nadie la Palabra”, y fue. No se quedó a los “pintxos” pero los guardias tuvieron la Misa como Dios Manda. Y él era uno más. Es cierto que luego uno tiene que leer “La Tribu Atribulada” y la sucesión de idioteces que aparecen en esta cosa de Juaristi (aquí erró).<br />Pues eso. Tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, muchos estaban convencidos que había llegado el momento de ajustarle las cuentas al PNV. Comenzó una campaña en la que, cada vez que aparecían las siglas de ETA, a continuación le seguían las del PNV. Lo que dio lugar un encontronazo con Patxo Unzueta. Algunos se asustaron. Desde los días de la escisión, no antes, se vendía la especie de lo único que nos separaba de ETA (y HB) eran los medios. Otros recordaban que, en Israel, los terroristas del Irgun (los que volaron el Hotel Rey David de Jerusalén) no solo acabaron en el Gobierno, si no que a uno de ellos, Menahem Begin, le dieron el Premio Nobel de la Paz. Incluso alguno estaba convencido que el “secante” posible de ETA era el Partido. Y, por supuesto, los defensores del “caladero de votos” (quienes defendían que nuestros votos estaban en los “descontentos” de la autodenominada “izquierda abertzale”). Participé en una reunión durísima en el batzoki de Gernika. Durante la misma, descubrí el temple de Iñigo Urkullu.<br />Luego, tras el calvario que siguió a la ruptura de la tregua, quedó claro que, con un mensaje firme frente a cualquier tipo de violencia (sin matices), deberíamos preocuparnos no tanto de ETA (derrotada social y electoralmente) sino quienes constituían el principal obstáculo para el autogobierno. Es decir, el llamado ya “constitucionalismo”: el PSOE y el PP. En mayo de 2001, el Estatuto de Autonomía seguía incumplido en partes esenciales. Y los responsables eran, precisamente, quienes Paco Llera caracteriza como “autonomistas”. Son aquellos siguen sin darse cuenta que en la raíz del problema vasco está en la enfermiza incapacidad del Estado español de cumplir sus propias leyes. No se cumplieron las leyes abolitorias de 1839, de 1876, la paccionada de 1841 y, por supuesto, la ley orgánica 3/1979 (el Estatuto de Gernika). Sorprende escuchar a Rajoy advirtiendo a Rodríguez Zapatero sobre transferir unas competencias recogidas en una ley orgánica. O la supina ignorancia de muchos “tertulianos” que agitan el espantajo de la “caja única”. Traté de resumir ambas cuestiones en un artículo y, casi inmediatamente, aparecieron exégetas y analistas que no acertaron ni una. Me sorprendió bastante las “conclusiones” que obtenía de mis palabras Gregorio Morán en su prólogo-“me había equivocado”- a la reedición de su librito (así lo calificaba en su “Testamento vasco”) Los españoles que dejaron de serlo.<br />En los últimos veinticinco años, el PNV ha cometido muchos errores (¿quién no los comete?). El primero (y más grave) fue mantener tras la escisión una estrategia de complementariedad. Esto es especialmente claro en Gipuzkoa. Para concentrarse tanto en la gestión como en otras cuestiones de índole diversa, se renunciaba a ocupar espacios de poder, ciudadanos, etc. Porque ya estaban asegurados por “abertzales” (autodenominados “abertzales”). Lo que, en un primer momento, podría explicarse por la dureza con que golpeó la escisión en este territorio, se convirtió en norma y, hoy, es una especie de déjà vu.<br />Relacionado con el anterior, el segundo error es (ha sido) el de mirar constantemente a lo que pueda hacer la denominada “izquierda abertzale” y, sobre todo, insistir en la acumulación de fuerzas (que acaban desdibujando el mensaje político: el PNV no es solo un partido abertzale. También es un partido democrático y social-cristiano, si quiere) frente a la acumulación de votos. Y esa fue la gran lección del 13 de mayo de 2001. Frente al terrorismo etarra, por un lado, y la ofensiva del “espíritu (revanchista) de Ermua”, se respondió (y se derrotó a unos y otros, incluidos los poderosos medios de comunicación de la época) con votos.<br />El tercer error tienen que ver, por un lado, con los personalismos (especialmente, los que arrastran a muchos, en ocasiones sin convicción, otras veces por ignorancia). Si se piden explicaciones, por ejemplo, la cosa acaba en “lo personal”. El libro de Imanol Murua (Loiolako Hegiak) sobre la última tregua y negociaciones ha dejado cuestiones sobre la mesa que alguien deberá aclarar algún día. Por ejemplo, cual era el valor auténtico de los tres votos de Batasuna al llamado “plan Ibarretxe”. ¿Por qué se puso en marcha ese proceso (el del Nuevo Estatuto) estando en marcha el “de Loiola”?.<br />Pero, en estos momentos, resultaría suicida volver a las andadas tras la filípica de los tres encapuchados en la BBC. ETA militar y Batasuna tienen que ver como solucionan la cosa. Y va a ser complicado. A los primeros, solo les queda negociar armas por presos. A los segundos, sino los “milis” no para siempre, deberán optar por la ruptura y la marginalidad. Y aún así, incluso si rompen, van a tener que aprender a hacer política, y les llevará tiempo porque llevan un retraso de treinta y tres años y cuatro meses.<br />El cuarto error tiene que ver con la fragmentación interna. De ahí la importancia de la reunificación del PNV. Una tarea que no puede ser demorada.<br />La vuelta de Batasuna no abre para el PNV ningún escenario especial. No debería abrirlo. Batasuna, HB, EH,… ya ha participado (durante muchos años) en el juego político y, hoy por hoy, no parece una fuerza capaz de solucionar problemas esenciales del país: desde la recuperación económica, creación de empleo y nuevas empresas, diversificación de mercados, impulso a la iniciativa privada y la inversión,…mejorar las condiciones de vida y trabajo,… Las ocurrencias de Txelui Moreno van más dirigidas a motivar a su parroquia que a otra cosa. Como ocurriera en 1977, el PNV –un partido reforzado por la reunificación- debe optar por seguir su propio camino, sabiendo, además, que las “izquierdas abertzales” acaban basculando, antes o después en la “izquierdas”: Cataluña o Donostia son buenos ejemplos.<br />Treinta y tres años y cuatro meses debe habernos servido para aprender sobre todo una lección: que los “malos” no fueron Gregorio Ordóñez o BlancoAnonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-90803914196661245132010-09-16T23:31:00.001-07:002010-09-16T23:31:57.989-07:00EL PNV DEBE REUNIFICARSE CUANTO ANTES¿Por qué no se reunifica el Partido Nacionalista Vasco?. ¿Qué se lo impide?. ¿Compensa el mantener siglas y divisiones en torno a una misma idea?. ¿Cuál el problema?. ¿Sería grave plantear una reunificación?. Yo creo que ha llegado el momento en plantear esa reunificación. Hacerlo en serio. Recuperar el impulso de los 70 y el espacio de los 80. Solo se necesitan unas dosis de generosidad, patriotismo, realismo y querer. Y quien no quiera, deberá explicarlo, mucho y bien.<br />Durante las últimas semanas, he hablado con mucha gente. Con aquellos que, por edad, sufrieron los días de la escisión (por ambas partes). Con otros más jóvenes. Les he hablado de este artículo y las ha parecido que es el mejor momento. También he contactado con colegas que siguen desde hace años la actualidad política y casi todos (no todos) han reconocido que la tesis “hay votantes de EA que nunca votarían al PNV” no se sostiene. Y no solo eso, hay quien asegura que los principales defensores de esta teoría son dirigentes del PNV. Es algo que yo cuestiono, pero que está ahí.<br />Andoni Ortuzar, con razón, señalaba que, en posibles acuerdos electorales, habría que medir la representación de cada cual (se refería en esta caso a H1). Pero, en una reunificación orgánica, además de la representación institucional, están los afiliados. Combinando ambas cuestiones, debería iniciarse un proceso que debe desembocar en una Asamblea General de reunificación. Por ejemplo, el modelo de proceso que desembocó en la Asamblea de Bergara de 1930 en la que se reunificaron la Comunión Nacionalista y el Partido Nacionalista tras una escisión que duró casi una década. Aunque no se evitó el nacimiento de Acción Nacionalista Vasca, ni algunas veleidades por parte de minorías (como las agrupadas en torno a “Jagi-Jagi”), el nacionalismo unido inició una etapa de desarrollo sin precedentes, convirtiéndose en eje de la política vasca al final del periodo republicano (1936).<br />En 1977, se produjo un fenómeno inesperado (para muchos). Por un lado, funcionó la “memoria histórica”. Por otro lado, los partidos “históricos” habían renovado su dirección y su discurso. Aparentemente, el franquismo se evaporó mientras que partidos y organizaciones que habían jugado su papel protagonista durante la dictadura pasaron a un segundo plano (quedando, incluso, al borde de la extinción).<br />El PNV, uno de esos partidos históricos, había actualizado sus planteamientos políticos y, al mismo tiempo, rejuvenecido sus cuadros dirigentes. Y eso le convirtió en la fuerza hegemónica en el campo político y social, e indispensable en la actividad democrática. ¿A quién benefició (beneficia) la escisión?.<br />El PNV debe olvidarse de pescar en no-se-qué caladeros para crecer. Puede aspirar a los máximo pescando en su propio caladero. Ese caladero troceado y poco cuidado. Debe dejar de escuchar cantos de sirena del tipo: “¿Para qué queremos reunificarnos, para ser un CiU?. Para algunos, solo valen uniones estratégicas con determinadas fuerzas cuya finalidad (confesada) es acabar con el Partido. Tengo la impresión que, para algunos de entre nosotros, no interesa nada un partido fuerte, unido y presente en los pueblos y aldeas del País.<br />Seguramente, los expertos en reglamentos pondrá todo tipo de objeciones, pero, como primer paso, dejaría sin efecto todas y cada una de las medidas disciplinarias tomadas por las diferentes instancias desde 1977 hasta hoy. De la misma forma, invitaría al próximo Alderdi Eguna a los dirigentes del Partido expulsados o “disueltos”. Y si no viven, pues a sus familias. Por citar a algunos más cercanos: ¿no pasarían un buen rato en Foronda Antón Ormaza, la familia de Sabin Zubiri, Jon Castañares, los Oregi,…?.<br />A estas alturas, los ciudadanos, más que uniones “estratégicas” o “frentes” de cualquier pelo, quieren partidos sólidos, con gente preparada, con ideas capaces de sacar adelante los problemas de cada día y dar respuesta a las aspiraciones (las que fuesen) de sus ciudadanos.<br />El Partido Nacionalista Vasco-Euzko Alderdi Jeltzalea debe reunifircarse hoy mejor que mañana.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-13677991335989537042010-03-07T03:01:00.000-08:002010-03-07T03:06:46.274-08:00Bilbao y las tierras vascasHace unos días leí unas declaraciones del alcalde <span style="font-weight:bold;">Odón Elorza </span>en las que, para justificar el que no se invirtiese en el Guggenhein Urdaibai y sí en los proyectos de su ciudad, apelaba al “<span style="font-style:italic;">sentido de país</span>” de los demás, que deberían renunciar a los suyos (proyectos), alimentando una especie de agravio provincialista sin especial sentido en los tiempos que corren. Sin embargo, está demostrado que, si a Bilbao le va bien, también le va bien a Donostia y a lo que <span style="font-weight:bold;">Dana Facaros</span> y <span style="font-weight:bold;">Michael Pauls</span> autores de la guía <span style="font-style:italic;">Cadogan </span>llaman “tierras vascas”. Parace claro, además, que, en los tiempos que corren, resulta más rentable concentrar la inversión en grandes proyectos que fragmentarlos en iniciativas de interés local. Y, guste o no a don Odón, donde, a pesar de todo, hay más recursos económicos y financieros, es precisamente en Bilbao.<br />Desde el punto de vista económico, las “sugerencias” de <span style="font-weight:bold;">Elorza</span> presentan cuestiones matizables. Por ejemplo, no hay que olvidar que Bizkaia aporta al Producto Interior Bruto (PIB) de la Comunidad Autónoma del Pais Vasco más del 50 % (50,8) frente al 32,3 % de Gipuzkoa. Gipuzkoa –y, sobre todo, la capital de este último territorio- recibe cantidades importantes de recursos públicos (autonómicos)para actividades y recursos culturales diversos: desde el <span style="font-style:italic;">Festival de Cine</span>, la <span style="font-style:italic;">Orquesta Sinfónica de Euskadi</span>, la <span style="font-style:italic;">Quincena</span>, la <span style="font-style:italic;">Filmoteca</span>, el <span style="font-style:italic;">Festival de Jazz</span>, <span style="font-style:italic;">Tabacalera</span>, <span style="font-style:italic;">San Telmo</span>, <span style="font-style:italic;">Biblioteca Nacional</span>… Sería interesante conocer, por un lado, la aportación de todos estos elementos al PIB vasco (sí se conoce lo que aportan el <span style="font-style:italic;">Guggenhein</span> o el <span style="font-style:italic;">Euskalduna</span>) y cuánto dinero “vizcaino” se va a la financiación de actividades e infraestructuras culturales en Donostia. Sin embargo, esta no es la cuestión.<br />Yo, que no tengo antepasados bilbainos y sí un bisabuelo donostiarra y solía cantar aquello de “<span style="font-style:italic;">No somos de Bilbao, ni puta falta que hace…</span>”, estoy convencido que el futuro de las tierras vascas pasa por convertir a Bilbao, su Río y su hinterland en el eje y referencia cultural, social y económico (ya lo es desde el punto de vista urbanístico) del Arco Atlántico entre Brest y Oporto. Para ello, no solo es vital la ampliación del Guggenhein a Urdabai, sino que, en el medio plazo (una década), hay que ampliar el excepcional Museo de Bellas Artes y comenzar a pensar en el Tercer Museo (¿porque no la franquicia del Hermitage de San Petersburgo en Zorrozaurre?). Esto habría que vincularlo a ocho bienales (cuatro más cuatro) de gran “tirón” internacional. Todo lo anterior debería complementarse con un Jardín Botánico en la Margen Izquierda (¿Sestao?)siguiendo el modelo de la <span style="font-style:italic;">Glass House </span>de Norman Foster.<br />Bilbao debe convertirse en <span style="font-style:italic;">ciudad universitaria</span> (ya no del estilo de Santiago, Salamanca o Valladolid, sino de grandes capitales europeas). Sería muy importante crear un entorno atractivo, con residencias, apartamentos asequibles, … que lo conviertan en un punto de referencia y encuentro de la ciudad. No solo para estudiantes, también para visitantes. Todo es rentabilizable.<br />La industria, la innovación y la investigación son elementos esenciales: el impulso de sinergias entre los parques tecnológicos, el nuevo Campus de San Mamés (que debería ampliar sus especialidades, por ejemplo a Ingeniería Naval), el <span style="font-style:italic;">Automotive Intelligence Center</span>,… invitando a centros e investigadores, de Bretaña, Aquitania, Norte de Portugal,…ayudaría a lanzar al conjunto del Arco Atlántico.<br />A uno le molesta bastante que el primer edil donostiarra afirme sin despeinarse (perdón por el chiste) que “<span style="font-style:italic;">el país no puede permitirse tantos lujos</span>”, refiriéndose al proyecto de Bizkaia, cuando en la misma información habla del Museo San Telmo y de la Casa de la Paz en el Palacio de Ayete(es cierto que esta última, parece, se financiará única y exclusivamente con recursos donostiarras) que no son “lujos” (esto se parece mucho al chiste, esta vez si, de la moto del comunista: todo es de todos menos la moto que “es mia”).<br />Bilbao, su ría y su hiterland no pueden detenerse ahora (mucho menos, ahora). De que siga adelante, dependen del futuro de las tierras vascas (incluida Donostia) y, seguramente, del Eje Atlántico. Uno no puede detenerse por localismos trasnochados con gotas de resentimiento. Estaríamos perdidos. A uno, que ni siquiera vive en Bilbao, no le importaría escuchar de los regidores de la ciudad (incluido a algún correligionario) en que nació el bisabuelo Domingo (San Sebastián, por supuesto)todo lo que ha les ha beneficiado la regeneración de Bilbao.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-54740440206969107342010-01-22T06:59:00.000-08:002010-01-22T07:01:23.336-08:00Un suelo para convivirEl País lleva un tiempo convulso. Si hacemos caso al <span style="font-style:italic;">Euskobarómetro</span>, la crispación es mayor ahora que con “el Gobierno anterior”. Y, por lo visto, esa crispación no tiene mucho que ver con la cuestión terrorista. Sobre esta asunto dice el EB: “<span style="font-style:italic;">A ese 67 % que percibe mayoritariamente un aumento de la crispación en su entorno,le hemos vuelto a preguntar por las causas. Se mantiene muy estable el diagnóstico ciudadano y entre las causas a los que ellos atribuyen esta situación de crispación social vuelven a destacar: en primer lugar, para la mayoría (48 %) el desacuerdo entre nacionalistas y no nacionalistas. La actitud de los partidos autonomistas (que es como Llera define a los constitucionalistas) sigue ocupando la segunda posición para algo más de uno de cada diez vascos (12 %), sobre todo nacionalistas (21 %). En tercer lugar, para algo menos de uno de cada diez lo es el frente nacionalista (4 %), sobre todo entre el electorado popular (23 %) y socialista (10 %)</span>”.<br />Pasados treinta años de la aprobación de un estatuto de autonomía – que fue un contrato entre vascos- que debía facilitar el encaje vasco en el sistema constitucional español, su cumplimiento escrupuloso sigue pendiente, y no parece que la actual mayoría parlamentaria tenga ni la capacidad ni las ganas de cerrar un proceso que se ha dilatado en exceso en el tiempo. En estos momentos, la voluntad autonomista del PP y del PSE-PSOE-EE debería pasar la prueba “del algodón”, reclamando, no solo las transferencia de las competencias de empleo –activas y pasivas- también lo dispuesto en el Artículo 18.2.b (es decir la gestión del régimen económico de la Seguridad Social). Y aún así sería insuficiente. Hay otras competencias acordadas en 1979 para cuyo traspaso hoy habría que modificar las leyes orgánicas y de bases que desfiguran la ley orgánica 3/1979 –ya no como se pactó, sino como se aprobó-, recordando, una vez más, que es una ley de mínimos. Y, de nuevo, no sería suficiente, ya que, 31 años después, está pendiente la actualización de los derechos históricos reconocidos por la Disposición Adicional Primera de la Constitución. Todo ello si podría asentar un punto de partida para un diálogo entre nacionalistas vascos y constitucionalistas (que es lo que quieren los ciudadanos). Y , para este arranque, basta con el cumplimiento escrupuloso de dos leyes españolas: el Estatuto completado hasta el detalle y la reintegración foral plena (con todos los “sin perjuicios” que se quieran). Si un día desaparece el terrorismo, los instrumentos que garantizan los mínimos existen, pero hay que reactivarlos (en algunos casos, activarlos por primera vez).<br />Desgraciadamente, hasta la fecha (ni siquiera en el acto del Euskalduna del sábado), no solamente no hemos escuchado un compromiso firme con todo el articulado de la ley orgánica 3/1979, sino que, además, se despachan cuestiones esenciales desviándolas hacia la cantilena repetida una y otra vez: “esa es una interpretación nacionalista”. Y yo me pregunto, por seguir las definiciones de Llera Ramos, ¿cómo sería la interpretación “autonomista” de “corresponde (a la CAPV) la gestión del régimen económico de la Seguridad Social”?. Sería bueno que el lehendakari se pronunciase sobre este artículo concreto y sobre la interpretación unitaria que del Estatuto hicieron los partidos vascos en un lejano 1995.<br />Como se ha escrito y dicho en numerosas ocasiones, el llamado conflicto vasco tiene su origen en la incapacidad del Estado español de cumplir sus propias leyes: las abolitorias de 1839 y 1876, … la Constitución de 1978 o el estatuto de Gernika de 1979. Desde Cánovas del Castillo hasta Rodriguez Zapatero los jefes del Gobierno central han venido, bien conculcando, bien obviando esas leyes.<br />Ya existe un contrato entre vascos. Se firmó en 1979. Solo hace falta cumplirlo en su integridad. Por lo que se refiere, a las relaciones con España, bastaría con la activación de los derechos historicos de la territorios forales en todos y cada uno de los aspectos que no afecten a la “unidad constitucional”. Pero, esto es demasiado facil, así que ni siquiera se intentará. Además, nadia tiene que renunciar a nada. Los “autonomistas” –según la definición de Llera- trabajarán por TODO el Estatuto y TODA la Constitución. Los nacionalistas por conseguir que los vascos sean sujeto (y no objeto) de todas y cada una de las decisiones que le afecten, que no es más que seguir lo que dice la Disposición Adicional de la ley orgánica 3/1979. <br />Parace claro que los “autonomistas” no tienen intención de cumplir el contrato de 1979. Por otro lado, mientras los vascos no asumamos que no podemos imponer a otros vascos lo que nosotros somos o queremos ser, la solución al conflicto se alargará en el tiempo: el “<span style="font-weight:bold;">no imponer, no impedir”<span style="font-style:italic;"></span></span> cobra en estos días vigencia. Si no está bien que la mayoría imponga a la minoría su visión de las cosas, es mucho peor que la minoría exija a la mayoría compromisos con cosas en la que, no solo no creen, sino que, en muchos casos, rechazan. El verdadero cambio vendrá cuando aquí uno pueda ser solo español o solo vasco sin que uno intenten imponer su ser al otro.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-14615863866875783892009-10-31T06:25:00.000-07:002009-10-31T06:28:53.969-07:00¿Divide el Estatuto?El 30º Aniversario del Estatuto de Autonomía “de Guernica” solo ha sido celebrado por los constitucionalistas que respalda el Gobierno de López. El PNV no ha participado en los actos a los que había sido invitado. Tampoco Aralar, IU-EU y EA. Ha habido análisis y explicaciones para todos los gustos. De todas, la más “rebuscada” (por buscar un calificativo amable) ha sido la de Patxo Unzueta. Su tesis es: “no hay deslegitimación de ETA sin legitimación del Estatuto de Guernica, y su aniversario” Patxo Unzueta, “Qué significa delegitimar”,<span style="font-style: italic;"> El Pais</span>, 29-10-2009). Leyendo esto uno tiene la impresión de que los años no pasan en balde. Es cierto que esto nos ocurre a todos.<br />Comencemos por el principio. Si hacemos caso al propio Unzueta, si hay Estatuto es porque hay nacionalismo (José Luis Berbería/Patxo Uzueta, <span style="font-style: italic;">Cómo hemos llegado a est</span>o,2003). En sus tesis (repetidas en artículos y libros), se insiste en la satisfacción del PNV cuando en 1979 se aprobó el Estatuto. Unzueta amigo de estadísticas y encuestas se olvida, claro,de datos, como poco, relevantes. Los mismo datos que, por cierto, olvidaron quienes celebraron el trigésimo aniversario.<br />Como dato a tener encuenta: casi el 60 por ciento de las competencias recogidas en la ley orgánica 3/1979 se han transferido a cambio de “algo” que el PNV ha tenido que “pagar” al Gobierno central de turno. No importa que, como en el caso de la investigación cietífico-técnica (Artículo 10), se trata de competencias exclusivas. Hoy esa competencia está en Euskadi porque el PNV respaldó los presupuestos de 2009. Si el PSOE tuviese respaldos suficientes, esa competencia seguiría en la Corte.<br />Voy a copiar el artículo del Estatuto de Gernika que se refiere al régimen económico de la Seguridad Social:<br /><br /> <span style="font-style: italic; font-weight: bold;font-size:78%;" >Artículo 18<br />2. En materia de Seguridad Social corresponderá al País Vasco:<br />a. El desarrollo legislativo y la ejecución de la legislación básica del Estado, salvo las normas que configuran el régimen económico de la misma.<br />b. La gestión del régimen económico de la Seguridad Social.<br />c. 4. La Comunidad Autónoma podrá organizar y administrar a tales fines, y dentro de su territorio, todos los servicios relacionados con las materias antes expresadas y ejercerá la tutela de las instituciones, entidades y fundaciones en materia de Sanidad y de Seguridad Social, reservándose el Estado la alta inspección conducente al cumplimiento de las funciones y competencias contenidas en este artículo.<br />d. 5. Los poderes públicos vascos ajustarán el ejercicio de las competencias que asuman en materia de Sanidad y de Seguridad Social a criterios de participación democrática de todos los interesados, así como de los Sindicatos de Trabajadores y Asociaciones empresariales en los términos que la Ley establezca.</span><br /><br />La pregunta es ¿va a reclamar la mayoría parlamentaria la transferencia de esa competencia esencial?. Yo creo que no. Jauregui dijo en su día que esto no ocurriría “jamás”. Zapatero afirmó algo parecido.<br />¿Quién desligitima el Estatuto de Autonomía?. ¿Quién llevada recortándolo desde hacer treinta años?. Recordemos que el primer zarpazo al “pacto de Gernika” fue la ley Ledesma de 1985 (ley orgánica del Poder Judicial). ¿Contribuye a la legitimación la LOAPA –en su día- o en constante mercadeo con las competencias que deben transferirse?. Los recortes del texto original (a través de leyes orgánicas y de bases), treinta años de diferencias y tensiones (las que se evidencian cada vez que hay pactar una competencia) hay convertido el Estatuto en un elemento de confrontación y no de síntesis. Y, además, estamos asistiendo a consecuencias de esos incumplimientos (caso de las últimas resoluciones sobre el euskera en la Administración de Justicia, justo lo que, según Ledesma, quedaba a salvo con su ley).<br />La LOAPA convirtió al de Gernika en un Estatuto de mínimos. A todo el Estatuto de Gernika, incluida su Disposición Adicional, esa de la que todos los celebrantes huyen con un “sí, pero bueno…”. El mercadeo, es un elemento de tensión y de desgaste que ha acabado con la pátina de 1979. Los recortes, las disculpas y los “jamases” han ido desafecciones y rechazos. Hubo una oportunidad fallida tras la aprobación del Pacto de Ajuriaenea (Acuerdo para la normalización y pacificación de Euskadi, 1988). Su apartado 2 b, referido al “pleno y leal desarrollo de todos y cada uno de los contenidos del Estatuto”. Se llegó a un consenso “interpretatitivo” en el que participaron el PSE y el PP. Sin embargo, el una información publicada por el períodico de Uzueta el pasado 8 de septiembre, se ponía en boca del lehendakari López que, de cumplirse el Artículo 18 de la ley orgánica 3/1979, nada de nada. Es cierto que esta disposición la disfraza la cronista (Isabel C. Martínez) de “reclamación de los gobiernos nacionalistas”.<br />Y llegó el día del aniversario de un pacto incumplido (y degradado). Para empezar se cometió el error por parte del Gobierno de utilzar la cuestión en forma de horcas claudinas. Como arma arrojadiza: “¡Se van a enterar estos nacionalistas!”. Resultó enternecedor el tiempo empleado por los periodistas gubernamentales buscando afiliados al PNV presentes en el acto. Ninguno de los que estaban lo hacían en condición de tales: eran empresarios, banqueros, representantes de instituciones culturales, de jubilados, diplomáticos honorarios,… La imagen fue de una sociedad vasca dividida por la mitad (sin contabilizar a los ilegalizados). Además, hay sectores –no solo políticos, tambien sociales- que hoy no apoyarían el texto de Gernika. Y esto quedó aún más en evidencia ese día.<br />La pregunta que hay que hacer a todos los Unzuetas que en el mundo hay, si de verdad cree que se ha cumplido suficientemente el Estatuto de Gernika. Él que, como Txabi Etxebarria, Eugenio Ibarzabal o Juan José Ibarretxe pasó por Sarriko, sabrá cuantificar: ¿en cuánto se cuantifica el régimen económico de la Seguridad Social?.<br />Quienes dan la razón a ETA –siguiendo la lógica del articulista- no son quienes no ban a un sarao, sino quienes han venido incumpliendo de forma contumaz un pacto que, además, no van a cumplirlo “jamás”. Son los mismos que inventaron la LOAPA y que, al fallar esta, decidieron gobernar “desde la mayoría central” (y esto se dice en una publicación, “Leviatán”, que nuestro hombre conoce bien).<br />El Estatuto de Autonomía, primero, solo divide si se utiliza como arma de sometimiento. Si no, es algo que está ahí. Ya seguirán llegando competencias (a ZP le quedan dos presupuestos más). Si hacemos caso a Patxi López, no es un fin (“nada es inmutable”), ni una renuncia a nada (<span style="font-style: italic;">Disposición Adicional ley orgánica 3/1979</span>).Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-62267005371278648102009-09-22T07:41:00.000-07:002009-09-22T07:44:58.842-07:00La hora del nacionalismo vascoEN 1977, el Partido Nacionalista Vasco renacía de sus cenizas. Coincidieron en el tiempo diferentes generaciones y, sobre todo, destacados elementos procedentes del periodo republicano: <span style="font-style: italic;">Ajuriaguerra</span>,<span style="font-style: italic;"> Irujo</span>, <span style="font-style: italic;">Leizaola</span>, <span style="font-style: italic;">Jáuregui</span>… Son estos últimos quienes marcaron una línea de prudencia convencidos de que la suerte del pueblo vasco estaba unida a la consolidación de un sistema democrático en España.<br /><br />El PNV tenía ante sí tres retos. El de su participación en unas instituciones en las que aún se daba una sensible presencia de las estructuras de la dictadura. El segundo, conseguir un régimen de autonomía que, por lo menos, fuese aceptable. Y, por último, afrontar una demoledora crisis económica (que finalmente iba a arrasar el tradicional tejido económico vasco).<br /><br />La participación del PNV en las incipientes instituciones democráticas suponía por un lado no caer en lo que los de la vieja generación consideraban el error de no haber participado en el Pacto de San Sebastián (1930). Por otro, romper cualquier intento frentista -que era lo que pretendía ETAm- al abandonar la reunión de Chiberta. Asimismo, a a otro tipo de cantos de sirena, luchó por mantener el Gobierno vasco de 1936 hasta que éste fuese sustituido por otro de igual rango.<br /><br />Un Estatuto de Autonomía constituía el mínimo común denominador que servía de marco para la convivencia entre, al menos, una mayoría significativa de vascos sin que, además, representase renuncias insoslayables (Disposición Adicional). Al contrario de lo que ocurriera en 1931, en 1979, el vasco fue el primer estatuto de autonomía en aprobarse, aunque, sin embargo, treinta años más tarde no sólo sigue sin cumplirse en partes esenciales, sino que ha sufrido ataques en su redacción original.<br /><br />El tercer reto era sentar las bases de la recuperación económica. El tejido productivo vasco había sido arrasado tras 40 años de dictadura a una desastrosa gestión de la llamada crisis del petróleo por parte de la UCD y la negociación de ingreso en la CEE (que acabó con la milenaria industria pesquera vasca) y la reconversión hechas por el PSOE. El PNV logró, especialmente tras la recuperación del Concierto y sobre todo a partir de que se consiguen las competencias relacionadas con la economía (retenidas durante más de un lustro por los sucesivos gobiernos centrales), sentar las bases de un nuevo tejido económico. Y, como símbolo del nuevo tiempo, el Museo Guggenheim y la regeneración de la ciudad de Bilbao, ejemplo hoy en todo el mundo.<br /><br />Los retos del PNV en 2009 no son menores. Quizás el más apremiante es el de diseñar una serie de elementos que permitan la recuperación económica. Y, para ello, se necesita arriesgar. De nuevo, el urbanismo y las infraestructuras van a jugar un papel definitivo. En el caso de Bizkaia, por ejemplo, tanto San Mamés Berria (que se está convirtiendo en el centro de polémica: con el asunto de la pista de atletismo y la vigilancia del alcalde de Donostia) como el Guggenheim Urdaibai, y, desde luego, el adelanto de los planes forales de obras, pueden generar en los próximos años miles de empleos en diferentes sectores. Desde los territorios, además, se debe impulsar una nueva economía productiva y, al mismo tiempo, reducir la dependencia de economías más débiles, basadas en la especulación y el ladrillo. Es decir, mirar más hacia el norte donde los socios y mercados presentan más garantías. Y, desde luego, como ocurrió en los 1990, crear una industria de innovación y de conocimiento.<br /><br />El segundo reto en este tiempo es el de evitar más desgastes del autogobierno vasco. Treinta años después no se puede aceptar mercancía averiada.<br /><br />Y el tercero tiene que ver con el ser del PNV. Debe volver a ser un partido en el que, desde la defensa del autogobierno, que es la forma de avanzar en el bienestar, quepan todos: desde los tibios autonomistas hasta los más rabiosos separatistas. El objetivo es construir un país y el bienestar de sus ciudadanos. Recuperar la centralidad frente a la vuelta a la fórmula Mayor Oreja-Redondo y, sobre todo, ante quienes siguen comprendiendo la violencia. Acumulación de votos frente la fórmula vieja y sin futuro de la acumulación de fuerzas.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-4137053182325717882009-08-25T00:32:00.000-07:002009-08-25T00:39:28.467-07:00Como hemos llegado a esto IVDecir que <span style="font-style: italic;">Xabier Arzalluz</span> ha sido uno de los políticos más relevantes de la política vasca del último cuarto del siglo XX no es descubrir nada nuevo. Arzalluz ha sido un líder carismático y, al mismo tiempo, controvertido dentro y fuera del partido. A él, por otro lado, se deben tres de las más graves crisis de la historia de EAJ: la que desembocó en la escisión de 1980 con la salida del “sector sabiniano”, la más grave (y aún no superada del todo) escisión de 1986 y, desde luego, el momento en que se planteó en serio su sucesión.<br />La salida del partido del sector liderado por <span style="font-style: italic;">Antón Ormaza</span> podría considerarse como una crisis de crecimiento. En apenas tres años, el PNV no solo había renacido de sus cenizas, sino que se había convertido en la primera fuerza política del país.<br />En la escisión de 1986, al carácter personal del enfrentamiento <span style="font-style: italic;">Arzalluz-Garaikoetxea</span>, hay que sumar el intento de este último por controlar el movimiento nacionalista desde Ajuriaenea, lo que, por cierto, resulta inaceptable.<br />En 2004, <span style="font-style: italic;">Xabier Arzalluz</span> cumpliría 72 años. Muchos, comenzando por él mismo, pensaban que podía seguir un poco más. Pero, para que esto fuese posible necesitaba el apoyo de la Organización de Bizkaia y era público y notorio del presidente del BBB no gozaba de las simpatías de Arzalluz. El presidente del Euzkadi Buru Batzar no desaprovechaba ocasión alguna para denigrar a <span style="font-style: italic;">Iñigo Urkullu</span>. Yo fui testigo de dos “andanadas” contra el joven burukide, una en el bunker de Sabin Etxea y otra en el Hotel Dómine que me reafirmaron en algo que venía pensando desde hacía tiempo: había que rejuvenecer las estructuras del Partido.<br />Esto ya lo había hecho <span style="font-style: italic;">Juan Ajuriaguerra</span> en 1973 cuando, comenzando por el mismo, presentaron su dimisión los miembros supervivientes de las Ejecutivas de la inmediata preguerra (Arredondo, Etxeberria, Solaun, Unzueta,…). Sin embargo, los nuevos miembros jóvenes del EBB convencieron a Ajuriaguerra para que siguiese, y lo hizo no sin que se produjesen críticas y resquemores de algunos dimisionarios que se sintieron engañados. Pero, el hecho fue que el rejuvenecimiento de las estructuras del Partido propició ese renacimiento al que nos referíamos antes.<br />El primer asalto en la lucha sucesoria tendría lugar cuando llegó el momento de elegir candidato para la presidencia de la Diputación Foral de Bizkaia. Al frente de la institución, se encontraba un miembro de la vieja guardia, <span style="font-style: italic;">Josu Bergara</span>, que procedía del aparato del Partido y cumplía su segundo mandato. Rondaba los 70 años y había acordado con el presidente del BBB su retirada. Sin embargo, decidió presentar batalla y enfrentarse al otro candidato, <span style="font-style: italic;">José Luis Bilbao</span>. Desde la presidencia del EBB se movilizaron a favor de Bergara que, finalmente, fue derrotado. Bilbao fue candidato y ganó las elecciones con holgura.<br />El futuro parecía aclararse. <span style="font-style: italic;">Xabier Arzalluz</span> había anunciado que se retiraría al cumplir su mandato, lo que debía ocurrir en enero de 2004. Siguiendo una regla no escrita –que había servido para el propio <span style="font-style: italic;">Arzalluz</span>-los presidentes de tres de las territoriales (incluyendo las dos más poderosas: Bizkaia y Gipuzkoa) pactaron el nombre de <span style="font-style: italic;">Josu Jon Imaz San Migue</span>l para la presidencia del EBB. Eso sí, previamente, se había preguntado al propio Arzalluz (lo hizo <span style="font-style: italic;">José Antonio Rubalkaba</span>) si quería seguir y decir este que no. No debían tener muy clara la negativa porque, finalmente, presentó su candidatura. Comienza de esta forma un periodo de tensión extrema. Un pulso que, básicamente, tuvo dos protagonistas: <span style="font-style: italic;">Xabier Arzalluz</span> e <span style="font-style: italic;">Iñigo Urkullu</span>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-3839811443890278382009-06-30T02:04:00.000-07:002009-06-30T02:05:25.918-07:00Por la mitadUna de las acusaciones que hizo al PNV en los días de Lizarra es que el famoso “excluía a una parte de la ciudadanía vasca”. Esto no fue exactamente así. Es cierto que, de alguna forma, el pacto consolidaba una política de frentes (rompiendo EAJ con una tradición persistente) y que, de alguna forma, el liderazgo del “frente nacionalista vasco”, por mor de la paz, se entregaba a eso que llamamos “izquierda abertzale”. Pero, de forma simultáneamente, al otro lado, se iba consolidando otro frente “cultural” que pretendía borrar del mapa a los nacionalistas, a quienes acusan de todos los males posibles. Superado (y olvidado) el pacto de Lizarra, sin embargo, no se ha logrado superar la política de bloques, y no parece que esto lo vaya a lograr el bloque constitucionalista, empeñado en “desalojar” al nacionalismo de la vida de los vascos. El lehendakari López ha sido claro: la acción de su Gobierno va a estar basada en el programa de su partido y en el acuerdo con el PP. Quizá se deba añadir: y en el rechazo de la mayoría social y política del País. El “acuerdo entre diferentes” tienen aquí el mismo valor que la invitación al PSOE a participar en Lizarra.<br />Los medios de comunicación, mientras tanto, están jugando el mismo papel que durante el periodo 1999-2001, pero, eso sí, con un matiz: al antinacionalismo se suma el gubernamentalismo, y el “esto es otra cosa”, “los otros no hacían esto porque eran muy malos y comprensivos con los terroristas”. Así, el primer sentimiento de cabreo, ha sido sustituido por otro de humillación y, en algunos casos, de persecución. Alguien dirá: “¡Pues esto es lo que sentíamos nosotros hasta ahora!”. ¿Era este en cambio?. Lo que parece claro es que ya no es posible acercamiento alguno entre el PNV y el PSE (Txema Montero explicó muy bien las razones en DEIA) en el medio plazo. No habrá acuerdos más allá de lo que marque la ley, y tengo para mí, que lo que deshaga ahora el PSE-PP, lo rehará el PNV a su regreso. Y esto no es lo peor: que, a medida que pase el tiempo, la tensión social irá “in crescendo”, sobre todo, porque, además, la situación económica en los próximos dieciocho meses no tiene pinta de mejorar y los únicos responsables de la misma van a ser, en Madrid y en Euzkadi, los socialistas.<br />Seguiremos en la división: por un lado, el nacionalismo vasco; por otro, el constitucionalismo, y, en un tercer bloque, quienes apoyan o no condenan a ETA. Una división que, sin duda, traerá consecuencias: el ambiente político se hará irrespirable, especialmente, porque, después del verano, comienza un larguísimo proceso político que tiene como objetivo la Moncloa. En ese proceso, aprobación de presupuestos, elecciones catalanas y, a continuación, las municipales y forales. El PP se ha encontrado en Euzkadi, por un lado, con el mejor instrumento posible para sustituir a José Luis Rodríguez Zapatero. Pero, no solo eso, al imponer sus condiciones, rompe cualquier posibilidad de “diálogo entre diferentes”. Asimismo, el “estado de tensionamiento”, en el medio plazo, beneficia al nacionalismo. Esta vez, además, a los nacionalistas abstencionistas, habrá que sumar a los primeros cabreados por la política del PSE-PP.<br />Parece que hemos cometido algún raro pecado y el Supremo Hacedor ha condenado a los vascos a vivir en el enfrentamiento eterno de unos contra otros.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-23995866013245858862009-06-08T08:44:00.000-07:002009-06-09T11:02:10.384-07:00Tiempo de mesuraEn 1982, cuando Felipe González y el PSOE ganaron las elecciones por mayoría absoluta, Mario Onaindia se refirió a este hecho como la <span style="font-style:italic;">rebelión de los maketo</span>s. En aquellos comicios, el PSOE obtuvo en la CAPV ocho diputados (los mismos que el PNV) y el 29.30 por ciento de los votos (10 puntos más que en 1979). El resto de fuerzas no nacionalistas o constitucionalistas obtuvieron en su conjunto el 15 por ciento de la representación electoral, casi tanto como HB (que obtuvo un 14.78 % ¡en unas elecciones generales!). El nacionalismo vasco no solo había resistido la “rebelión” sino que había mejorado sus resultados de 1979. Los socialistas aguantaron el tipo en 1983 (Municipales y Forales), pero el PNV mantendría su hegemonía con el 39,45 % de los votos y 1.257 concejales.<br />La consolidación del nacionalismo vasco (en aquellos momentos, los politólogos incluían en el bloque nacionalista a Euskadiko Ezkerra y a Herri Batasuna) a través del ejercicio del poder se percibía como una amenaza. Y así surge la <span style="font-style:italic;">Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico </span>(LOAPA) que, sobre todo, representa una vulneración clara del “pacto entre vascos” que representaba el Estatuto de Autonomía. Fracasado este intento, se impuso, por un lado la ralentización del proceso autonómico y el gobierno desde la “<span style="font-style:italic;">mayoría central</span>” (tal y como definió Recalde). Por su fuera poco, leyes orgánicas y de bases reducían las competencias recogidas en la ley orgánica 3/1979 (el Estatuto de Gernika).<br />El desgaste del nacionalismo era esencial para imponer la nueva visión. En la escisión del PNV de 1984-1986, amén de cuestiones personalistas, hubo ayudas desde “fuera”. La otra vía de desgaste se concentraba en la “izquierda abertzale”. O, dicho de otra forma, en la atracción definitiva de sectores mayoritarios de la misma hacia, en este caso, el PSOE. La extinción de ETA político-militar y el proceso “izquierda para el socialismo” (que, en un primer momento, pretendió crear un Partido Comunista vasco), primero, iban a borrar cualquier matiz nacionalista y, luego, facilitar el ingreso de muchos cuadros en el P.S. En este sentido, es bueno recordar que el “retroceso” del nacionalismo no se ha producido en el nacionalismo institucional (PNV o PNV+EA en conjunto), sino en la izquierda reclamada como nacionalista.<br />En 1986, fracasado el primer intento serio por desalojar al PNV del Gobierno autónomo (tras el intento entre el PSE, EA y EE), se inició el primer periodo de Gobierno trasversal que, con matices y variaciones, se mantuvo hasta que los socialistas lo abandonaron en 1997. En este periodo se producen algunos acontecimientos importantes: como por ensalmo, dejaron de actuar los GAL, se firmó el “pacto de Ajuriaenea” (que nunca se cumplió en sus apartados más “faciles”, como el pleno desarrollo estatutario) y, sobre todo, los Gobierno Ardanza pusieron las bases para la recuperación económica, recomponiendo el tejido económico sobre bases distintas a las del siglo XIX. Pero, aquel Gobierno basado en el “acuerdo entre diferentes” fue tomado por propios y extraños, bien como signo de debilidad y renuncia, bien como la oportunidad de sustituir al PNV al abrirse una nueva etapa definida por Jauregui, Onaindia y otros como “postnacionalismo”. Así, entre 1996 y 1997, el PSE abandonó el gobierno de distintas instituciones (la Diputación de Araba o el Gobierno vasco) preparando el asalto a las mismas.<br />Y, mientras se daba esto, se produjo el asesinato de Miguel Angel Blanco y alguien pensó que el “espítiru de Ermua” serviría como carburante para acelerar la llegada del “posnacionalismo”. Vinieron Lizarra con su fracaso y, luego, las elecciones de 2001 (cuyos resultados, aún hoy, no se leyeron convenientemente) y los sucesivos intentos de Juan José Ibarretxe de explorar (desde el respeto a la legalidad) nuevas vías para solucionar el contencioso vasco. Y, en este punto, es bueno recordar algo: el los últimos 30 años de “régimen nacionalista” (como lo describen despectivamente algunos), por un lado, el PNV nunca ha vulnerado ley alguna (ni ha desbordado el marco legal) en su acción de Gobierno de gobierno (algo que, por ejemplo, el PSOE no puede garantizar). Por otro, durante una década larga, la administración de ese régimen era compartida por los socialistas, mientras que, al mismo tiempo, el PNV era capaz de pactar con el PP, por ejemplo, en municipios relevantes.<br />Se llegó al 1 de marzo y el PNV ganó pero no consiguió la mayoría parlamentaria. Por varias razones: por restricciones legales impuestas por la “mayoría central”, por normas impulsadas desde la mayoría nacionalista y por una serie de errores propios. Para mi, entre estos últimos (los errores propios), algunos muy claros: el PNV había dejado de ser un movimiento en el que cabían muchos para convertirse en casi un partido estalinista en el que se acepta una visión y un líder carismático. En segundo lugar, haber permanecido durante mucho tiempo lejos de eso que se ha llamado la “sociedad invisible”. Es cierto, y hay que recordarlo aquí, que es EAJ quien impulsa en el Parlamento vasco la ley de victimas del terrorismo. En tercer lugar, esa obsesión por “pescar” en el caladero de Batasuna (rompiendo, para ello, con una tradición centenaria).<br />Sin embargo, el domingo se abría una nueva oportunidad para el PNV. Y esta no es otra que la derrota de José Luis Rodriguez Zapatero. Con una doble lectura. El Gobierno constitucionalista en Euzkadi le da votos al PSE y no se los da al PP. Por el contrario, las mayores rentas en el Estado han sido para el PP y no para el PSOE. Soraya Saéz de Santa María ya habla de “cuestión de confianza” mientras que <span style="font-style:italic;">El Mundo</span>, extrapola datos y da una victoria al PP con apoyo de CiU y/o del PNV. El Gobierno central tiene que afrontar, en los próximos meses, la aprobación de leyes, amén de los presupuestos y está cada vez más solo, y con la oposición más embravecida. Justo cuando incluso el Banco de España ve brotes verdes.<br />Es el momento de la prudencia y de la mesura. El PSE, curiosamente, tiene en sus manos el futuro de Zapatero. Este último necesita ganar tiempo y llegar sin sobresaltos al 2011. El PNV tiene que jugar bien sus cartas.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-12548933788947299792009-05-17T09:26:00.000-07:002009-05-17T09:37:36.717-07:00¿Gobernar?Un viejo amigo y colega, redactor de un importante diario madrileño, mantiene que los ejes de la oposición a Patxi López van a ser el Partido Popular y la derecha mediática, la economía y Jesús Eguiguren. Eso sí: sin precisar el orden. Si uno lee lo que han publicado algunos medios el pasado fin de semana, vemos que las predicciones comienzan a cumplirse.<br />Así <span style="font-style:italic;">El Correo</span> trae el anuncio de que el PP pondrá en marcha, como estaba previsto, la moción de censura para desalojar a los nacionalistas de la Diputación Foral de Araba. Alfonso Alonso es claro. O el PSE se suma a la moción de censura, o el pacto se resentirá : “<span style="font-style:italic;">El hecho de que esta situación se prolongue es una amenaza contra la estabilidad del Gobierno y el futuro del proyecto de cambio en el País Vasco</span>”. La cuestión ya no es cómo se porte o deje de portar el PNV. El PP quiere la Diputación alavesa. Y punto. De paso, claro, el Ayuntamiento de Gasteiz quedaría a su merced. Y, no solo eso, la moción de censura en Araba disuadiría al PNV de cualquier tentación de apoyo tanto a los presupuestos de Zapatero como a los de Patxi. Alonso dice –y tiene razón- que ellos no han engañado a nadie.<br />La segunda andanada tiene que ver con el pleno desarrollo del Estatuto de Gernika, con el que, según parece, se ha comprometido el PSE. De nuevo <span style="font-style:italic;">El Correo</span> que lleva el asunto del sistema público a su editorial. Refiriéndose a la gestión del régimen económico de la Seguridad social (competencia exclusiva de la CAPV según el artículo 18.2 b del Estatuto de Gernika, que este periódico considera “<span style="font-style:italic;">reivindicación nacionalista</span>”-sic-) el editorial de <span style="font-style:italic;">El Correo</span> dice: “<span style="font-style:italic;">Un traspaso de competencias pendiente, amparado por el Estatuto de Gernika, pero discutible desde el punto de vista jurídico en lo que se refiere a la ruptura de la caja única de la seguridad social, en inconveniente a todas luces desde un perfil económico</span>”. El editorial complementa un informe de la sección de economía, en el que no se revelan algunas cuestiones básicas. Por ejemplo, cuál sería la situación si la competencia se hubiese transferido digamos que en 1981. Y, sobre todo, que la única responsable de la situación de la “hucha común” y de las pensiones vascas ha sido a lo largo de esos 30 años de incumplimiento el Gobierno central de turno, y que quizá haya otras fórmulas de gestionar el sistema publico de gestiones. Es posible que esto tenga que ver con la intención por parte del Gobierno López de asumir las políticas activas de empleo dentro de las previsiones estatutarios. Es decir, con la gestión de su régimen económico. Una transferencia descafeinada sería considerada como una agresión.<br />Todo esto, además, se produce tras un debate sobre el estado de la nación en el que Rajoy fue incapaz de dar réplica a Zapatero y su inventario de propuestas (muchas de ellas imposibles si no cuenta con algunos de los implicados: desde los fabricantes de coches a las comunidades autónomas.<br />Por si todo lo dicho anteriormente fuese poco, hemos llegado al punto de que no queda muy claro para que desalojaron al PNV de las instituciones de gobierno de la CAPV, si, sobre todo, el PSOE se pasa el día haciéndole guiños: Jauregui, Blanco y el lehendakari López: “<span style="font-style:italic;">Es posible volver a entendernos con el PNV</span>”, dice en El Pais. Eso sí, como ya anunciara Antonio Basagoiti (y confirma La Razón) va a cambiar la “<span style="font-style:italic;">imagen corporativa</span>” (es decir, el escudo oficial de la Comunidad Autónoma) para hacer amigos. <br />Si se cumple todo lo relatado en las líneas anteriores, resulta contradictorio tender la mano para seguir con el desalojo de los nacionalistas (esta vez en Araba), seguir desgastando el Estatuto de Autonomía o mutilar (desde la minoría social) los símbolos de la comunidad. Y, mientras todo esto ocurre, se echa de menos algo: ¿<span style="font-style:italic;">gobernar</span>?.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-21483023461195224822009-05-03T10:21:00.000-07:002009-05-03T10:47:49.286-07:00El PNV en la oposiciónEl PNV está en la oposición. Fracisco J. Llera afirmaba en una entrevista publicada en el diario El Comercio, de Gijón, que este hecho se había producido porque “<span style="font-style:italic;">la sociedad vasca ha dado su apoyo mayoritario a un Gobierno autonomista</span>”. Y esto no es cierto. La respuesta correcta es que “el Parlamento vasco ha dado un apoyo mayoritario” al pacto constitucionalista para desalojar a la mayoría nacionalista. Pero, bueno, esa va a ser la tónica del análisis <span style="font-style:italic;">académico</span> en los próximos meses. El antinacionalismo no es nuevo se remonta a los tiempos de Balparda.<br />En estos momentos, el balance de 30 años de gobierno es más que positivo. Si el PSOE y PP son decididos autonomistas (si hacemos caso a la clasificación del profesor Llera Ramos), este es un logro del PNV. No es seguro que lo sean al 100 por 100 (el Estatuto está incumplido en partes esenciales). Y, si hoy estas fuerzas se declaran automistas es, como recuerdan Unzueta y Barbería (<span style="font-style:italic;">Cómo hemos llegado a esto</span>) porque hay nacionalismo. El antiautonomismo (Rosa Diez) es insignificante. Así que se ha establecido un suelo mínimo que está mucho más alto que en 1936 o en 1976.<br />El Partido Nacionalista Vasco es ya la única fuerza que, desde 1936, y, salvo el periodo 1980-1986, ha gobernado siempre con diferentes. Gobernó con el PSOE entre 1936 y 1979 y, luego, entre 1986 y 1997, año en el que los socialistas (como recuerda Rosa Diez en el libro de Maria Antonia Iglesias) abandonaron el tripartito que presidía José Antonio Ardanza. Luego, gobernó con Izquierda Unida, al igual que, en estos momentos, está haciendo el PSOE en Asturias, Baleares o Catalunya.<br />Pero, además, el PNV ha logrado batir el récord de ser la fuerza más votada en unas elecciones autonómicas desde que se aprobó el Estatuto de Gernika, record que, hasta ahora, nadie ha logrado romper.<br />No es este, desde luego, el peor momento de la historia de EAJ. Desde mi punto de vista, hay otros tres de enorme trascendencia: el proceso de división interna que desemboca en la escisión de 1986, la marea antiPNV –con “postnacionalismo” incluido que siguió al asesinato de Miguel Angel Blanco- y, por último, el proceso de sucesión de Xabier Arzalluz al frente del EBB. Con 30 parlamentarios, un sólido anclaje en gobiernos territoriales y locales y convertido en (utilizando un simil futbolístico) fuerza desestabilizante en Madrid, la situación del PNV, por ejemplo, no tiene nada que ver con la del PSOE en 1996. Además, el PP tratará de no buscar confrontaciones traumaticas en un futuro inmediato. Quiere colocar a Mariano Rajoy en La Mocloa cuanto antes.A todo esto, se suma una situación económica calamitosa que, en el ámbito autonómico, deberá ser resuelta básicamente por el PSE y por el PSOE.<br />Es cierto que el PNV debe iniciar una profunda reflexión y, desde luego, una autocrítica sincera. Manteniendo una apuesta decidida por la democracia, la defensa de los derechos humanos y el respeto a los demás. La profundización del autogobierno a partir del suelo del pacto de 1979 sin recortes y el trabajo para que los vascos sean sujeto (y no objeto) de todas las decisiones que le afecten constituiría el segundo gran eje. El tercero debería ser el de reforzar la unidad interna y superar para siempre (y con generosidad) la escisión de 1986. Y el cuarto y último, hacer el mayor esfuerzo para mejorar los resultados actuales en los comicios municipales y forales. Por último, el PNV debe volver a ser una fuerza en la que pueda sentirse a gusto un amplio espectro de la sociedad vasca. Para todo esto, se cuenta con el mejor liderazgo posible.<br />Sería un error que el PNV trabajase para “<span style="font-style:italic;">desaloja</span>r” a Patxi López. La oposición es otra cosa. Se trata de presentar las mejores alternativas para ayudar a los vascos y trabajar para sustituir democráticamente al Gobierno constitucionalista. <br />Patxi López será el lehendakari del Gobierno vasco, que es una institución por la que el nacionalismo vasco ha trabajado durante casi cien años. El Lehendakari, el Gobierno, … trasciende a las personas. Si no entendemos ésto, estamos perdidos y habremos perdido el trabajo iniciado por Aguirre (y otros) en 1936.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-51700255242150696372009-04-18T08:09:00.000-07:002009-04-18T08:16:10.739-07:00Enrabietados“<span style="font-style:italic;">Enrabietados</span>”, “<span style="font-style:italic;">radicalizados</span>”, “<span style="font-style:italic;">no saben perder</span>”,…”<span style="font-style:italic;">si siguen así, estarán mucho tiempo en la oposición</span>”,… “<span style="font-style:italic;">Ahora les toca a ellos (al PNV) apoyar</span>”, eso sí, a un frente constitucionalista (PSE-PP) cuyo objetivo primero es “<span style="font-weight:bold;">desalojar</span>” al PNV de las instituciones y, el segundo, imponer a la mayoría social y política de la CAPV los principios recogidos en el documento firmado por el PSE y el PP en el Parlamento vasco. Y, no solo eso: se vuelve a colocar el nombre del Partido al lado del de ETA, y los “<span style="font-style:italic;">analistas</span>” razonan que el rechazo de la ley de partidos es, casi casi, un apoyo a la acción terrorista.<br />Además, “<span style="font-style:italic;">resulta incomprensible que, por una ‘rabieta’ el PNV deje de apoyar en Madrid a José Luis Rodriguez Zapatero, con lo amigos que eran hasta hace poco</span>”. Escuchar (o leer) a Ramón Jauregui, Miguel Buen o Leire Pajín sorprende cada día más. No está de más recordar algunas cuestiones básicas:<br />La ley de partidos es el resultado del <span style="font-style:italic;">pacto antiterrorista</span> firmado por el PSOE y el PP que fue definido por alguien tan poco sospechoso como Felipe Gonzalez Marquez (en el famoso libro entrevista con Juan Luis Cebrián) como “<span style="font-style:italic;">acuerdo electoral</span>” en cuyo preámbulo se habla más del PNV que de ETA.<br />Es cierto que la mayoría social y política vasca ha rechazado (y rechaza) esta norma impuesta desde “<span style="font-style:italic;">la mayoría central</span>”, simplemente porque deja sin derecho a ser elegidos a ciudadanos inocentes que bien no ha sido condenados, o no tienen causa pendiente que restrinja sus derechos individuales. Todo ello sin olvidar que el hecho de rechazar la violencia, no significa nada (el PCTV y ANV “rechazan” la violencia y han sido ilegalizados). Si un ciudadano colabora de cualquier forma con el terrorismo debe ser detenido, procesado y, si es encontrado culpable, encarcelado.<br />No nos gusta la ley de partidos en su nacimiento, pero lo lógico es que su aplicación no se hubiese hecho, como así ha sido desde el principio, con cálculo electoral, y según cómo y cuándo. En 2005, como por arte de “birle-birloke”, apareció en Partido Comunista de las Tierras Vascas que evitó que la coalición de partidos encabezada por Juan José Ibarretexe alcanzase la mayoría absoluta (no nos podemos creer que ni el PSOE, ni los jueces, ni la FCSE se diese cuenta de que los del PCTV era los mismos jugadores que los de Batasuna, solo se habían cambiado la camiseta). Lo de las elecciones municipales, también tuvo su “aquello” (con ANV “renacida” presentándose aquí, pero no allí, tras un pacto, dicen, entre Egiguren, PSE, y Barrena , Batasuna).<br />Tras los “<span style="font-style:italic;">históricos</span>” resultados obtenidos en las generales 2008, por el PSOE en la CAPV, alguien pensó que, ¡por fin!, Euskadi se había convertido al constitucionalismo. Y, sobre este triunfo, se montó el discurso de la campaña electoral. Un discurso que no se movió una micra tras la noche del 1 de marzo (aunque aquella noche…).<br />Aquella noche, EAJ-PNV obtuvo uno de los mejores resultados de su historia: 80.000 votos y cinco parlamentarios más que la segunda fuerza. Un resultado, por cierto, que no tenía nada que ver con el de 1986 (en el que el PSE obtuvo menos votos pero más parlamentarios que el PNV por el “efecto alavés”). Aquel año, el PSE no “regaló” nada, ya que, fracasado el intento de “<span style="font-weight:bold;">desalojar</span>” al PNV con ayuda de EA y EE, solo le quedaba la repetición de las elecciones y esto, como recuerda Txiki Benegas en el libro de María Antonio Iglesias, hubiese representado un fracaso. Así, la noche del 1 de marzo de 2009, el PSE-EE (PSOE) decidió –con todo el derecho del mundo- formar una mayoría parlamentaria con el PP para “desalojar” por fin al PNV. Se impondrá el cambio a una mayoría de ciudadanos vascos que no han votado “constitucionalista”. El documento firmado por el PP y el PSOE sigue la lógica del preámbulo del pacto antiterrorista,<br />Ante esto, el PNV no solo debía dejarse, sino que, además, debía apoyar a Patxi López sin reservas. Porque ellos (los socialistas) lo habían hecho antes. Claro que se olvidan que los apoyos no fueron gratis. Los nacionalistas apoyaban en Madrid las leyes y presupuestos de Zapatero (aunque no gustasen, y algunas leyes y presupuestos no gustaban nada). Por si alguien quiere recordar la transferencia de la investigación científico-técnica, no está mal repetir que, simplemente, se trata de cumplir una previsión del Artículo 10 de la ley orgánica 3/1979. Esto no cuenta. ¿O si?. Si José Luis Rodriguez Zapatero se va a la oposición, será porque no ha sabido consolidar una mayoría parlamentaria en Madrid (y mira que lo tenía fácil). Desde luego, en estos momentos, no tiene nada que ofrecer al PNV.<br />Yo no dudo PNV va a ejercer la oposición desde la responsabilidad, poniendo en primer lugar al País (y, sobre todo en momentos de crisis), pero ni se puede apoyar, ni tolerar ninguna agresión contra la mayoría social y política (perfectamente cuantificable), y , en el documento del pacto constitucionalista, ya surgen agresiones innecesarias contra esa mayoría social y política. No parece muy serio montar mayorías para “desalojar” al PNV y, luego, pedir que se sume a un proyecto cuya finalidad es aplastarle.<br />Ejercer la oposición no es estar “enrabietados”, ni “radicalizados”, simplemente, es hacer uso de un derecho democrático que, hasta la fecha, no está limitado por la ley de partidos. Zapatero y López han perdido la oportunidad de consolidar mayorías, suficiente en Madrid e incontestable en Euskadi. ¿La razón?. Ellos sabrán.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-30584970778266475752009-04-07T07:54:00.000-07:002009-04-07T07:59:37.391-07:00Como hemos llegado a esto III<span style="font-weight:bold;">"Sostenella y no enmendalla"</span><br /><br />En enero de 2000, se celebró la <span style="font-style:italic;">III Asamblea General de EAJ-PNV</span>. Para entonces, con el asesinato de un jefe militar en Madrid, ETA había roto definitivamente la tregua y, de paso, había hecho saltar por los aires el acuerdo de Lizarra-Garazi. A pesar de ello, no se modificó el texto de la Ponencia Polítca de este acuerdo que había sido redactado (y aprobado) cuando los “milis” seguían inactivos.<br />De esta forma, la oportunidad de hacer autocrítica debería llegar con la IV Asamblea General, en la ponencia política aprobada en la misma se dice lo siguiente: “<span style="font-style:italic;">Hoy sigue estando pendiente un análisis riguroso, critico y autocrítico de lo sucedido en periodo para que no se repitan los mismos errores</span>”. No se debió considerar este hecho importante, porque, en la Asamblea General de 2007, desapareció cualquier referencia a Lizarra.<br />Juan María Ollora –que fue uno de los impulsores del acuerdo- definía, en su estrevista con María Antonia Iglesias, algunas de las carácterísticas del error del Lizarra: “<span style="font-style:italic;">se confunden y se mezclan tres planos: el de la consecución de una situación de pacificación con el de la normalización política y con la consecución de un proyecto político concreto</span>”.<br />Todavía a finales de 2003, Egibar y sus seguidores estaban convencidos de que ETA militar retomaría la tregua. Durante un acto de la presentación del burukide guipuzcoano en el Batzoki de Markina, el ex alcalde de Ondarroa, Aitor Maruri, “anunció” la tregua para el Aberri Eguna de 2004. Y, claro, para enfrentar este periodo, solo Joseba Egibar –que había unido su suerte a la de Lizarra- podía encabezar el Euzkadi Buru Batzar. Pero, no solo no hubo tregua en Aberri Eguna, por un lado, los socialistas comenzaron sus contactos con la “izquierda abertzale”, y, por otro, el asunto de Lizarra se iba a convertir en un elemento de división interna.<br />En una reunión informativa celebrada en Sabin Etxea, se me ocurrió preguntar a Egibar sobre esta cuestión, y su respuesta fue clara: “<span style="font-style:italic;">Lizarra no es solamente la paz. Es mucho más. Estamos en Lizarra no solo por la paz</span>”. No era aquel el mejor momento para seguir insistiendo. Si embargo, parecía claro que ese “sector” había apostado todo el capital a la acumulación de de fuerzas como única vía para alcanzar los últimos objetivos. Frente a esto quienes defendíamos la acumulación de votos y, sobre todo, la autonomía del PNV. No se podía actuar mirando todo el rato a un lado y a otro, pendiente de lo que dice o dejan de decir “amigos” y adversarios.<br />Pero, hay algo más, en algunos lugares, el PNV comenzó a ceder espacios, retirándose de cualquier pugna. El argumento es que “<span style="font-style:italic;">ya estaban ocupados por abertzales</span>”. Lo importante ya no era el juego, sino los jugadores. <span style="font-weight:bold;">Lo peor, sin duda, es que, además, en la partida no estaban todos los jugadores posibles</span>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-75683428203760852582009-03-29T00:37:00.000-07:002009-03-29T00:42:36.676-07:00Cómo hemos llegado a ésto (II)<span style="font-weight:bold;">El aro de Chiberta</span><br /><br />Me llamó <span style="font-style:italic;">Gorka Agirre</span> para pedirme que asistiese a una mesa redonda en la Biblioteca de Bidebarrieta en Bilbao. El tema era <span style="font-style:italic;">Chiberta</span> o, para ser más preciso, una reflexión sobre lo ocurrido en 1977 cuando <span style="font-style:italic;">Monzón</span> y los milis convocaron a las fuerzas abertzales y a los carlistas para boicotear las primeras elecciones que debían celebrarse después de cuanrenta ños de dictadura militar. Para los impulsores de aquello, la reunión de Chiberta fue un rotundo fracaso. Para la mayoría de los convocados, una anécdota de las tantas que se producían en aquellos días. Referencias a este asunto, aparecen en la tesis de <span style="font-style:italic;">Jokin Apalategi</span> (<span style="font-style:italic;">Los vascos de la nación al estado</span>. Con prólogo de Argala) y en <span style="font-style:italic;">Las Memorias del KAS</span> de <span style="font-style:italic;">Natxo Arregi</span>.<br />En la Mesa redonda, estuvimos <span style="font-style:italic;">Joseba Egibar</span> y yo, por parte del PNV, <span style="font-style:italic;">José Luis Elkoro</span> y <span style="font-style:italic;">Arnaldo Otegi</span>, por parte de EH. De moderador, actuó <span style="font-style:italic;">Mariano Ferrer</span>. Estaba claro que, en aquel acto, los de EH querían presentar Chiberta como el precedente de Lizarra y, sobre todo, la gran demostración de que los milis siempre habían tenido razón. Las cosas que dijo Otegi sencillamente no eran ciertas. Cuando yo intentaba matizar, José Luis Elkoro me matizaba a mi. Y así pasamos un buen rato. Eso sí. Fue imposible decir nada que se saliese del discurso prediseñado.<br />Los promotores de Chiberta pretendían, además de boicotear las elecciones (con el pretexto de que no se cumplían las exigencias de la <span style="font-style:italic;">Alternativa KAS</span>, “revitalizar” el Gobierno vasco en el exilio, dando entrada a las organizaciones de KAS y con Telesforo Monzón como lehendakari. Ocurrió que las exigencias básicas de KAS comenzaron a cumplirse en los meses siguientes (la redacción de un estatuto de autonomía, la amnistía total,…). Los milis y EHAS-HASI, como dejó escrito Mario Onaindia, se quedaron “colgados de la brocha”.<br />Lizarra se vendió a la afiliación del PNV, conmocionada por el asesinato de <span style="font-style:italic;">Miguel Angel Blanco</span> y todo lo que siguió luego, como el colchón que permitiese el aterrizaje de ETA y lograr la paz. El colchón era, claro, un acuerdo entre abertzales que debía extenderse a las demás fuerzas políticas, siguiendo en parte el modelo irlandés.<br />Al margen de otras consideraciones, en Lizarra, el PNV cedió a EH-Batasuna la iniciativa política y hasta el lenguaje (se generalizó rápidamente la terminología enrevesada de la sociología marxista más trasnochada). Los presión (através de iniciativas cotidianas y disparatadas) de EH-Batasuna en pueblos y ciudades a través de Lizarra-Txiki era insoportable. <br />Los resultados de la operación no pudieron ser más positivos para la autodenominada izquierda abertzale: estaba logrando minar la hegemonía del PNV en el campo nacionalista. Tanto desde el punto de vista institucional como electoral. En los comicios de 1998 y 1999, lo que avanzaba Euskal Herritarrok, lo retrocedía el PNV. Y era lógico la percepción en muchos era que este último partido había cedido la iniciativa a EH. Eso sí: todo se justificada en el fin supremo de la paz.<br />Pero esto no era solo lo peor. A principios de 1999, se intensificaron las acciones de <span style="font-style:italic;">kale borroka</span>, mientras trascienden numerosos casos de extorsiones a empresarios (el <span style="font-style:italic;">impuesto revolucionario</span>). Daba la impresión de que el “colchón” de Lizarra se estaba endureciendo.<br />Cuando algunos comenzamos a pedir explicaciones (yo publiqué el primer artículo crítico a princpios de 1999, lo que constó una reprimenda), se nos dijo (<span style="font-style:italic;">Egibar</span>, en una asamblea del PNV) que Lizarra no era solo la paz. Que era algo más. <span style="font-weight:bold;">¿Chiberta?</span>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-56136118480291986552009-03-28T09:36:00.000-07:002009-03-28T09:40:36.253-07:00Cómo hemos llegado a esto (I)<span style="font-weight:bold;">Viernes, 11 de mayo de 2001</span><br /><br />Aquel día, un buen amigo me llamó desde Madrid y me dijo: -“<span style="font-style:italic;">Lo que dice de verdad la escuesta del CIS es que el PNV ganará las elecciones y estará cerca de la mayoría absoluta. La participación va a ser altísima y la polarización, máxim</span>a”. La versión que manejaba Xabier Arzalluz y su círculo íntimo era exactamente la contraria. La información “buena” se la proporcionaba nada menos que el periodista <span style="font-style:italic;">Pablo Sebastián</span>. <span style="font-style:italic;">Iñaki Anasagasti</span> que, entonces, formaba parte de ese círculo recorría las distintas plantas de <span style="font-style:italic;">Sabin Etxea </span>anunciando la debàcle.<br />Llamé a <span style="font-style:italic;">Iñaki Bernardo</span>, que entonces era jefe de prensa del BBB y que se encontraba en el mítin de cierre de campaña, y le comuniqué lo de la encuesta del CIS. No sé si me creyó pero mi información actuó como un bálsamo en algunos. Claro que, además, los resultados fueron los que fueron.<br />La coalición PNV-EA obtuvo 604.222 votos, el 42,72 %, y los constitucionalistas 580.128, el 41,02 %. Mientras tanto, EH consiguió 143.139 votos, el 10,12 %, y EB, 78.862, el 5.58%. El resultado fue considerado en su momento como el mayor triunfo de la historia del nacionalismo vasco, atribuido en exclusiva a <span style="font-style:italic;">Juan José Ibarretxe</span>. En aquel momento, había claves que no conocía y de las que hablaré luego.<br />La noche del 13 de mayo de 2001, mientras que <span style="font-style:italic;">Karmele Errazti</span>, eufórica, gritaba <span style="font-style:italic;">in-de-pen-den-tzia</span>. <span style="font-style:italic;">Xabier Arzalluz</span>, congestionado, parecía haber salido de un ataque de ansiedad, como si se hubiese liberado de una intensa preocupación, y no era para menos. Ahora, sabemos que se había entregado la dirección del partido (el PNV) a <span style="font-style:italic;">Ibarretxe</span> en un hecho sin precedentes.<br />La lectura triunfalista de los resultados de 2001 después de dos años durísimos tras la ruptura de la tregua impidió un análisis más realista de los mismos. Así, por ejemplo, Garaikoetxea ya había superado el 42 % en 1984 y la suma de votos PNV+EA rondaba ese porcentaje durante el periodo de Ardanza.O, dicho de otra manera, hay un voto fiel a unas ideas y a unas siglas, y no tanto a una persona.<br />Lo que ocurrió en 2001 es que los constitucionalistas estaban tan convencidos de su victoria que, al no conseguirla, se asimiló como una gran derrota, que fue mucho más sicológica que real. La diferencia fue de poco más de veinte mil votos, un 1.70 %.<br />Además, la victoria de nacionalismo no fue completa. Y es que, a pesar de que <span style="font-style:italic;">Ibarretxe</span> había incorporado a su gobierno a Ezker Batua, no se alcanzaba la mayoría necesario para gobernar con tranquilidad. Aún así, se actuaba como si el triunfo hubiese sido total. <span style="font-weight:bold;">Con la “gran victoria” de Ibarretxe, algunos tapaban el gran fracaso de Lizarra<span style="font-style:italic;"></span></span>.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-47260609674032885832009-03-28T03:34:00.000-07:002009-03-28T03:39:30.577-07:00LA RESPONSABILIDAD DEL PNVResulta sintomático poder leer estos días el acopio de argumentos por parte del diario <span style="font-style:italic;">El Pais</span> para justificar el Gobierno constitucionalista. Sus mejores articulistas han tejido un argumentario de explicaciones, en algunos casos, hasta divertidas. Por ejemplo, quienes seguimos a <span style="font-style:italic;">Patxo Unzueta</span> desde hace treinta años sabemos de su querencia por las encuestas. Las encuestas han formado parte esencia de su argumentario. Siempre en la misma dirección, claro. Pero, las cosas han cambiado. Y así, las encuestas que decían que la opción que la opción PSE-PP era la menos desada por la ciudadanía vasca, acaba matizándose. “<span style="font-style:italic;">Hombre, claro, ya se sabe…</span>”, argumentos poco científicos para alguien como Patxo. El colofón a este argumentario es el editorial de <span style="font-style:italic;">El País</span> del sábado en el que se reconoce que, al final, lo que proponía Patxi no va a ser posible, pero nos ofrece un corolario: “<span style="font-style:italic;">El cambio es expresión de la pluralidad vasca y merece ser apoyado por quienes piensan que no hay democracia sin posibilidad real de alternancia</span>”. ¿Cómo se debe entender esto? ¿No es demócrata quien no apoye un Gobierno PSE-PP? ¿Qué es expresión de la pluralidad? ¿Que una mitad (la constitucionalista) gobierne frente a la otra (nacionalista vasca)?. En este sentido, resulta más creíble <span style="font-style:italic;">Aurelio Arteta</span>. ¿Un frente constitucionalista? Claro que si.<br />Pero, todo esto forma parte del paisaje. Lo mismo que hacer recaer el éxito o el fracaso del invento en el PNV. ¿Cuál sería su responsabilidad? Se va a la oposición, “y no pasa nada”. Pero, se va a la oposición. ¿Con qué fin? ¿Con qué fin hace oposición el PP en Madrid? Se trata de sustituir al Partido gobernante mediante el desgaste y la crítica política (lo que se puede hacer de múltiple formas). Si, como dice <span style="font-style:italic;">El Pais</span> en su editorial, el nuevo gobierno cuenta con “<span style="font-style:italic;">mayoria absoluta de la Cámara</span>”, ¿para que se necesita a los nacionalistas?<br />Debe necesitarlos para algo porque <span style="font-style:italic;">José Antonio Pastor</span> ha hablado del peligro de que el PNV se convierta en una fuerza “marginal” en Madrid o de la poca credibilidad de su “nueva” oposición a Zapatero. ¿Qué debería hacer el PNV cuando te “desalojan” (sic) democráticamente, eso sí? ¿Cuál es la razón por la que el PNV deba apoyar ahora a Zapatero?<br />Ahora, en serio. Si hubiese que elegir un momento para que el PNV se fuese a la oposición es este. El Partido ha recuperado gran parte de su espacio electoral, además, consolidada la unidad interna, tiene un año y medio para preparar las elecciones municipales y forales en las mejores condiciones, ya que el mayor desgaste por la crisis y las dificultades para hacer “política de izquierdas” se va a producir en el pacto constitucionalista. Todo ello sin obviar la situación del Gobierno central, bastante delicada, por cierto.<br />Siempre queda la amenaza alavesa, eso que <span style="font-style:italic;">El País</span> llama “<span style="font-style:italic;">elemento de presión</span>”. Es decir,” si los nacionalistas no colaboran, les quitamos la Diputación de Araba”. Claro que el PP quiere la institución foral ya por ser la primera fuerza (“para que se visualice el cambio”). ¿Y el PSOE?. Amén de que se radicalizaría el frente constitucionalista, Zapatero quedaría al albur de unos pocos escaños y Lascoz en manos del PP.<br />Lo dicho. En estos momentos, la principal (y única) responsabilidad del PNV es, primero, gobernar con inteligencia los territorios y preparar con esmero las elecciones municipales. Desde junio, en el Gobierno de la Comunidad Autónoma del Pais Vasco, ya no tendrá ninguna. Aquí son el PSE y el PP quienes deben sacar adelante la cosa. En PNV está en la oposición. Y no pasa nada.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-38136549254054861092009-03-19T03:24:00.000-07:002009-03-19T03:42:12.195-07:00LA ESTABILIDADCreo que he leído casi todo lo que se ha publicado desde el 1 de marzo en relación con las elecciones autonómicas. En casi todo lo publicado, se coloca la carga de la prueba en el PNV. En estos días, se le ha acusado de todo: de “rabietas”, de “no saber perder”. Sin embargo, yo tengo para mi que, desde el día en que la delegación socialista salió de Sabin Etxea, los nacionalistas interiorizaron que Patxi sería lehendakari con el apoyo del PP. Lo que no tengo tan claro es si los socialistas interiorizaron las consecuencias 1ue el pacto constitucionalista iba a traer para el Gobierno central.<br />Txiki Benegas vuelve a hablar del “sacrificio generoso” del él y su partido en 1986. Sacrificio que no fue tal porque, como él mismo ha reconocido en otro lugar, tras haber fracasado en su intento de pactar con EA y EE para desplazar al PNV, su única opción era la de repetir las elecciones. Y, entonces, se pactó con la fuerza más votada (aunque, es cierto, tuviese menos parlamentarios). No fue un regalo. Pero, hay más.En 1986, Felipe Gonzalez gobernaba en Madrid desde una comodísima mayoría absoluta, que no es el caso de José Luis Rodríguez Zapatero en marzo de 2009.<br />¿Resulta tan raro pensar que, por ejemplo, un buen acuerdo para los socialistas hubiese sido el recogido en el documento entregado a la delegación del PSE por parte de Iñigo Urkullu y, al mismo, garantizar la estabilidad del Gobierno central hasta 2012 por parte del PNV?. Por otro lado, recordando el artículo de Benegas, ¿había por parte del PSE alguna remota intención de integrar al PNV en su Gobierno como ocurrió en 1986?. ¿Hasta que punto pueden los socialistas vascos aislarse de lo que ocurra a sus compañeros en Madrid?. ¿Están seguros que el PP no va a utilizar todos los resortes para desplazar a Zapatero?. Y otra pregunta, con 38 parlamentarios constitucionalistas, y si Josu Jon Imaz hubiese encabezado la candidatura, ¿quién optaría finalmente a la Lehendakaritza?. Yo estoy convencido que sería Patxi.<br />Por otro lado, lo que vamos conociendo del acuerdo de gobierno PSE-PP y las lógicas aspiraciones de Basagoiti, garantiza la oposición de la mayoría nacionalista el tiempo que dure esta legislatura. Hay ya quien vincula su duración a lo que pueda resistir José Luis Rodríguez Zapatero en la situación de precariedad en la que se encuentra. Pero, esta es otra historia.<br />Vuelvo al artículo de Benegas. Recuerda que, en 1986, la solución se produjo pensando en que “el Pais Vasco necesitaba un Gobierno estable y que también que el PSE debería estar en él”. ¿Pensaban en 2009 que, para conseguir esa estabilidad el PNV debería estar en el Gobierno?. Asimismo, pensaban en la estabilidad del Gobierno central. La respuesta es “no” en ambos casos.<br />Zapatero tiene ante sí unos meses durísimos. Debe ganar las elecciones europeas y conseguir unos presupuestos “sociales”. Y, mientras tanto, tiene que solucionar, en medio de una crisis económica galopante, el espinoso asunto de la financiación catalana. Los catalanes están en pie de guerra y el pase a la oposición de Montilla sería letal. Jordi Juan señalaba en <span style="font-style:italic;">La Vanguardia</span> (16 de mayo) que “el vuelco del 1-M ha sido tal que en el PP pronostican que Zapatero no podrá aguantar toda la legislatura sin apoyos y tendrá que convocar elecciones anticipadas. Tampoco están muy interesados en hacer un pacto con el Gobierno”. Está claro que, si Zapatero pasase a la oposición, como dice Patxi López, “no pasa nada”.<br />Un acuerdo con el PNV, como ha quedado dicho, hubiese garantizado la estabilidad del Gabinete Zapatero hasta el final de la legislatura, pero se ha optado por “desalojarlo de las instituciones”. Ahora, desde algunos medios conservadores (claro) se pide un pacto de estabilidad PP-PSOE. El abrazo del oso.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-78558264188825158772009-03-06T02:47:00.000-08:002009-03-06T02:49:12.129-08:00Malos tiempos para la lirica¿Qué votaron los vascos el pasado domingo 1 de marzo?. ¿Un Gobierno nacionalista?.¿Un Gobierno constitucionalista?. Lo cierto es que los partidos nacionalistas (PNV+Aralar+EA) obtuvieron más sufragios que los partidos constitucionalistas (PSE+PP+Rosa Diez). Pero, también es cierto que estos últimos disponen de más escaños en el Parlamento vasco. A esta situación, se suman dos anomalías democráticas: la ley de partidos, obra del PSOE y del PP, y la ley electoral vasca, responsabilidad del PNV.<br />Los socialistas descubrieron el domingo tres cosas: que no obtuvieron los resultados esperados (sobre todo, después del gran triunfo de 2008), que el PNV no solo no había “bajado” sino que había conseguido uno de los mejores de su historia en solitario (superará los 400.000 votos cuando se sumen los del extranjero), pero, que Patxi López podía ser lehendakari sumando sus votos a los del PP. Dicen que alguien pensó aquella noche que, una vez instalado Patxi en Ajuriaenea, a los nacionalistas, no les iba a quedar más remedio que apoyar a Patxi, dándose todo tipo de razones por lo que esto iba a ser así.<br />El PP, por su parte, comenzó anunciando un apoyo total (parecía que incondicional). Pero, pronto comenzaron las peticiones de contrapartidas. Alonso, en la Ser, habló de la Diputación de Araba. Basagoiti, en la COPE, señaló que querían entrar en el Gobierno. Mientras tanto, los medios de comunicación de la derecha comenzaban una campaña de presión sin precedentes para que se cierre la coalición cuanto antes. Y no solo eso: atreverse si quiere en pensar en otra posibilidad se convertía en una especie de traición de lesa patria. Para garantizar la estabilidad del Gobierno central, gentes como Pedro J. Ramírez o Federico Jiménez Losantos, propugnan un “pacto de estado” PSOE-PP (que otro periodista, Iñaki Gabilondo, define como “abrazo del oso”). Desde luego, Ignacio Camacho, en “Abc”, ya advierte al PSE, “¡cuidado con las próstata!”.<br />El Partido Nacionalista Vasco que había hecho una campaña basada sobre dos pilares. Por un lado, en un mensaje moderado y en un programa muy centrado en la crisis, y, por otro, en la figura de Juan José Ibarretxe. El resultado son más de 400.000 votos (cuando se cuenten todos los sufragios) que, aunque menos que los 460.000 de 1984, teniendo en cuenta la variación negativa del centro (menos habitantes), es el mejor de su historia. Basado en este hecho, incontestable por otro lado, exige su mejor derecho para formar Gobierno. El problema es que la legitimidad de los votos no se complementa con el respaldo parlamentario Pero, este hecho no justifica su marginación, ni la marginación de la mayoría nacionalista del país. Que es exactamente lo que va a ocurrir.<br />Los socialistas han plantado su bandera en la cima, han redactado su discurso y no se han movido de él ni una micra. Cuentan eso sí con apoyos muchos que han visto que ha llegado el momento de ajustar cuentas con el PNV (así se entienden las declaraciones de Ramón Jauregui, Joseba Arregui, José María Calleja, Francisco Llera,…). Desde la otra parte, contraviniendo la principal regla del mus, se han lanzado demasiados órdagos. Lo que está quedando claro es la incapacidad absoluta de entendimiento entre nacionalistas y no nacionalistas. Y esto, además de otras consideraciones, no augura nada bueno. Y no es cuestión únicamente de un partido: ninguna fuerza nacionalista (Aralar o EA) puede apoyar la investidura de un candidato cuyo principal apoyo son el PP y Rosa Diez.<br />No hay salida. Cualquiera de las condiciones ya anunciadas del PP para el respaldo a Patxi van a ser consideradas como una agresión por la mayoría nacionalista. Un diálogo con la mayoría sindical es imposible. Porque, entre otras cosas, en medio de una crisis económica como la que padecemos, el PSE y el PP no tienen nada que ofrecer (salvo bajar impuestos, lo que podría en pie de guerra, ya no a ELA o LAB, sino a los sindicatos afines). Por otro lado, con una mayoría tan precaria, mover la maquinaria administrativa va a ser complicado.<br />En 2001, el éxito del nacionalismo estuvo basado, precisamente, en la advertencia de un Gobierno PSE-PP. Durante la campaña, ante las advertencias del PNV de que esto iba a suceder, los socialistas le acusaban de “meter miedo”. Pues no. La advertencia tenía base. Así que, en 2013, o seguramente antes, este va a ser el eje de la campaña.<br />O sea que esto es lo que hemos votado el domingo. Tensión, enfrentamiento, más división entre nacionalistas y constitucionalistas, el infierno,… ¿Nos merecemos esto?. Parece que sí. Los constitucionalistas saben perfectamente lo que conviene a los nacionalistas (como si fuesen tontos y no viesen como gobiernan en otros lugares). Los nacionalistas actuando como si en Euzkadi viviesen solos. Patxi quiere ser lehendakari porque, tocado por un rayo divino (y los votos de Basagoiti) está convencido de ser el hombre providencial que va a salvar a todos, Juanjo lo propio, y nadie cede, ni siquiera cuando, en algunos momentos, lo que trasciende parece algo personal.<br />En fin, a comprarse un buen chubasquero, porque han llegado los peores tiempos para la lirica.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-83255250254962004092009-03-02T09:19:00.000-08:002009-03-02T09:20:12.973-08:00El día de la saludComo cada veintitrés de diciembre, hoy es el día de la salud. Que, en política, significa que todo el mundo ha ganado. Bueno, todo el mundo, no. La excepción a este día de victorias son Eusko Alkartasuna y Ezker Batua. Parece claro que Ziarreta y Madrazo volverán a sus ocupaciones anteriores. El PSOE ha anunciado que deja manos libres a Patxi López para formar Gobierno y este que aspira a ser lehendakari. En la noche electoral, Basagoiti ya anunció que los votos del PP eran para Patxi, así que todo parece indicar que, por fin, se va a constituir un gobierno constitucionalista que regirá los destinos de la Comunidad los próximos cuatro años. Los socialistas han olvidado pronto aquello del “acuerdo entre diferentes” y, sobre todo, después de la debacle gallega, la cosa se ha quedado en un “quítate tu para ponerme yo” (que es de lo que se trataba).<br />Con las luces del día 2, se han ido aclarando algunas cuestiones. La primera es que el verdadero triunfador de las elecciones vascas ha sido Mariano Rajoy que, si ganase al PSOE en la europeas, vería despejado el camino a la Moncloa. No solo ha vencido a los socialistas, sino que, sin él, Patxi no puede ser lehendakari. De paso, ha acabado de enterrar a Esperanza Aguirre y a los aznaristas. Con esta perspectiva, no es de extrañar que, mientras Alfonso Alonso pedía la Diputación Foral de Araba, Antonio Basagoiti pedía en la COPE la entrada en el Gobierno, porque una cosa es la investidura y otra gobernar.<br />Artur Mas ya ha advertido que su partido (CiU) está en la oposición, porque “el PSOE ha querido que estemos en la oposición” y que, desde luego, no va a actuar como salvavidas de los socialistas (o podría convertirse en el salvavidas más caro de la historia de la navegación). Si, además, tenemos en cuenta que el PNV ya ha anunciado que si se consuma en frente anti-PNV se esfumará cualquier posibilidad de acuerdo con el PSOE en Madrid. De esta forma, es bastante difícil que se puedan aprobar los presupuestos de 2010, y podríamos encontrarnos ante un adelanto electoral.<br />Es cierto que como recordaban los voceros de los obispos –especialmente Jiménez Losantos, otro de los derrotados el domingo-, lo que se impone es un Gobierno de concentración (con referencia alemana incluida), pero esto no solo significaría el principio del fin de Zapatero (y el lo sabe), sino el apuntalamiento definitivo del invento de Rosa Diez.<br />Pues bien, todo lo anterior para que Patxi sea lehendakari. No está mal. Hay que reconocer que el PSOE es muy generoso con su sección vasca.<br />El PNV ha obtenido un resultado significativamente bueno. El mejor desde 1984. No hay que olvidar que, entonces, el censo era mucho más alto. Por otro lado, como recordaba Iñigo Urkullu, se está consolidando la cohesión interna y, por otro, se ha transmitido un mensaje de centralidad que, evidentemente, ha calado. En estos momentos, con 30 parlamentarios, quedarse en la oposición, no es lo peor que le puede ocurrir: el PSOE se queda solo gestionando lo peor de la crisis con el PP. Todo el desgaste será para los constitucionalistas.<br />Pero, además, se abre la oportunidad única para la reflexión, para profundizar en Think Gaur, en el Concierto Político y en la organización de un partido potente (quizá contando con los miembros de EA dentro de él) que pueda afrontar con éxito todos los comicios que vienen a partir de ahora (incluido un posible adelanto electoral).<br />Hay otro hecho importante para el PNV. La crisis de EA representa una oportunidad histórica para recomponer el centro nacionalista en un partido en que, como ha ocurrido siempre, quepan todos los de centro-izquierda, los de centro-centro y los de centro-derecha, mantener la división y tirar las piedras al tejado equivocado trae como consecuencia lo ocurrido el domingo. Se necesita un partido nacionalista fuerte, que sea la fuerza indispensable en el País.<br />Pero, el éxito del PNV tiene otros matices: ha ganado en Azpeitia, Zumaia, Busturia, Gautegiz de Arteaga, Mendexa, Muzkiz, Ondarroa, en Lazkao, en Elorrio, en Atxondo, en Gorliz, en Arrasate,… Pueblos donde funcionan o han funcionado coaliciones anti-PNV, regidos por gestoras (Ondarroa o Mendexa), donde trata de imponer su ley las plataformas anti-TAV y anti coque, los pueblos de Isaias Carrasco, de Inazio Uria o del joven de la maza,… Lo dicho, solo esperar.<br />Eso sí: hay una lección que sirve para todos. El nuestro es un país plural y se equivoca, sea quien sea, quien gobierne contra la otra mitad. Nos equivocamos unos y todo parece que se equivocarán los otros.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-28728173187646245492009-02-22T02:08:00.000-08:002009-02-22T02:24:41.883-08:00Las encuestasEncuestas a diestro y siniestro con un mensaje único: los constitucionalistas unidos pueden desbancar al PNV. La prensa de Madrid, por ejemplo, lo tiene más claro. <span style="font-weight:bold;">Abc</span> titula: “<span style="font-style:italic;">El primer lehendakari no nacionalista será posible con un pacto PSE-PP</span>”. <span style="font-weight:bold;">El Mundo</span> va más allá: “<span style="font-style:italic;">El partido de Rosa Diez cerca de ser clave en las elecciones vascas</span>”. Por su parte <span style="font-weight:bold;">El País</span> resalta que “<span style="font-style:italic;">Los socialistas podrán decidir sobre el color del próximo Gobierno Vasco</span>” y <span style="font-weight:bold;">Público</span>: “El PP y el PSE están en estas elecciones más cerca que nunca de la mayoría absoluta”.<br />La mayor parte de los analistas de la prensa madrileña (o de diarios como <span style="font-weight:bold;">El Correo</span>), apuestan por una fórmula a la navarra. Y así lo resalta un editorial de <span style="font-weight:bold;">El País</span>: “<span style="font-style:italic;">Más verosímil sería un apoyo del PP a la investidura de Patxi López, sin compromiso de participación en el Gobierno, según el modelo navarro</span>”. Este último diario es el que, de forma más persistente, aboga por desalojar a Ibarretxe a como dé lugar. Luis Rodríguez Aizpeolea llegó a pedir que, como contraprestación a lo ocurrido en 1986, el PNV podría ceder la Lehendakaritza a Patxi,aunque fuese la fuerza más votada.<br />Parece claro que el único objetivo en estos momentos es desalojar a Ibarretxe. No importa el cómo y el con quién. A juzgar por lo escuchado a Iñaki Arriola y a Arantza Quiroga en un debate electoral en Telecinco no hay argumentos más allá de cazar al candidato del PNV. Cuando Joseba Egibar (o Rafa Larreina) recordaban lo manifestado por Ramón Jauregui o Rodríguez Zapatero sobre determinadas competencias (por ejemplo la del régimen económico de la Seguridad Social), Arriola replicaba con un:”<span style="font-style:italic;">Eso es mentira</span>”, a pesar de que uno y otro, han repetido que “<span style="font-style:italic;">jamás</span>” romperán la “<span style="font-style:italic;">caja única</span>”. Todavía hace unos días, como en las 100 propuestas de Patxi se encontraba la formación profesional, alguien matizó que sí, pero sin romper la “<span style="font-style:italic;">caja única</span>”. Quiroga, por su parte, habló de las pensiones (“<span style="font-style:italic;">quién iba a pagar las pensiones</span>”). Cuando Joseba Egibar recordó a esta última que AP (denominación anterior del PP) había votado en contra del Estatuto, respondió que su presidente procedía de la UCD. ¿Y?. La UCD se formó, básicamente, en base a la estructura del Movimiento Nacional (jefes locales, consejeros).<br />¿Qué recetas económicas no ofrecen?. El PP trata de desviar la responsabilidad del peso de la crisis hacia el PSOE. Sin embargo, si analizamos la situación de las comunidades vecinas gobernadas por el PP, veremos que este partido tiene poco de que presumir. En Castilla León, el paro alcanzó (al finalizar 2008) el 11,22 , con un aumento del 63,68 por ciento con respecto a 2007. En La Rioja, la tasa de paro estaba situada el 31 de diciembre en el 11,34 %. Por lo que se refiere a Cantabria (co-gobernada por el PSOE), es una de las tres comunidades en las que más ha subido el desempleo. En Nafarroa, donde se da el pacto UPN-PSOE, es la cuarta comunidad donde más aumentó el desempleo (estrechándose la diferencia con la CAV). La situación económica en Aragón y Asturias, comunidades del PSOE es de poner los pelos de punta. Lo dicho, ¿qué recetas ofrecen?. ¿Alguien piensa que si Zapatero pudiese contar con los supergestores de López, no los ficharía de forma inmediata?.<br />Lo cierto es que nadie ha escuchado a Patxi López que no aceptará los votos del PP para lograr su investidura. Esté o no en el Gobierno, el PP podría obtener algún tipo de cesión (por ejemplo, en el asunto de los modelos lingüísticos), incluso también se le podía dar algo al PDRD (partido de Rosa Diez). Otros dirigentes del PSOE, como Ramón Jauregui (el domingo en la Ser) tampoco descartan esa posibilidad.<br />Todas las encuestas coinciden, el frente PSOE-PP podría obtener la mayoría absoluta, ¿por qué va a desaprovechar esta oportunidad?.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-8534761460225975550.post-55330357167473087802009-02-13T02:39:00.000-08:002009-02-13T02:44:00.272-08:00La terapia de la verdadA estas alturas, todos se ha enterado de la aparición del libro de María Antonia Iglesias titulado <span style="font-style:italic;">Memoria de Euskadi. La terapia de la verdad: todos lo cuentan todo.</span> El libro es decepcionante por un sinfín de razones. Y sin contar los bailes de fechas, de nombres, errores de transcripción. Es cierto que la autora puede decir, en el caso de esos <span style="font-style:italic;">bailes</span>, que ella se limita a transcribir lo que le dicen, pero, en el caso de una periodista (no de una taquígrafa), primero debe documentarse y, luego, tener un cierto criterio. El libro está muy poco trabajado, lo que parece una contradicción en un ladrillo de 1326 páginas.<br />Una de las anécdotas históricas que se repite una y otra vez en el libro, es la reunión de <span style="font-style:italic;">Txiberta </span>(un intento de Monzón y los “milis” de hacer un frente abertzale, más los carlistas de EKA, ante las elecciones de 1977, a las que había que boicotear). Todos los que hablan de este asunto, excepto Txema Montero, lo hacen de oído: desde José Félix Azurmendi a Xabier Arzalluz. No se dice que, primero, que todas las fuerzas políticas, excepto HASI (que se retiró a última hora de Euskadiko Ezkerra) se presentaron a las elecciones, incluidas ANV y ESB (que, un año más tarde, participaron en la fundación de Herri Batasuna), así que los promotores de aquello, como recuerda Montero, se quedaron “colgados de la brocha” (hasta hoy). En la página 1106, se da la impresión de que Mario Onaindia o Juan Mari Bandrés tuvieron algo que ver con la postura de ETA pm en la reunión. Onaindia estaba en la cárcel y, poco después, fue “extrañado” a Bélgica, como recuerda Teo Uriarte y, además, no pintaba nada en ETA pm.<br />En el texto han un sinfín de baile de nombres que, sobre todo, demuestran, ya no esa falta de documentación, sino profunda ignorancia (¡qué envidia producen sobre todo los periodistas anglosajones, que, antes de comenzar una obra de este pelo, se han leñido hasta lo que ponen los sobres del azucarillo de un bar de Bilbao!). Entre otros, “Antxon” Ariztumuño (por José de Ariztimuño “Aitzol”, sacerdote vasco asesinado por los franquistas), Belloch (por la Abadía de Belloc) , Perez Agua (por Perezagua, fundador del PCE), David Miril (por David Morín, comunista y líder de CC.OO, en los 1960)… Se confunde a Mugika Arregi con Mujika Garmendia,… OAC por HOAC (Hermandad Obrera de Acción Católica), … Se habla de mayoría absoluta en Lekeitio cuando, en las últimas elecciones municipales, la fuerza más votada fue el PNV.<br />Pero, todo lo anterior no tiene mucha importancia. El libro de María Antonia Iglesia es, en primer lugar, un panegírico del socialismo oficial y, cómo no, un catálogo (eso sí, bien albardado) del antinacionalismo clásico (tan clásico como los viejos libros de Balparda). El PSOE es pactista, generosos, dialogante, de mano tendida, con “otra mirada”… frente a un nacionalismo cascarrabias, faltón, contradictorio, intransigente, “cercado”, comprensivo con la violencia aunque los entrevistados se desgañiten negando este extremo. El PSOE jamás rompió el pacto de frente autonómico de 1977, incumplió el Estatuto de Gernika de 1979, puso en marcha la LOAPA en 1981, no tuvo que ver con los GAL (como mucho, Damborenea), que no incumplió el pacto de Ajuriaenea,… Todo esto, claro, aderezado con mucha “salsa rosa”, mucha mala leche (que confirma lo que me habían contado los colegas que la sufrieron en su etapa de jefa de informativos) y mucha frivolidad. El tratamiento del asesinato de Joseba Pagazaurtundua me parece lamentable. Uno entiende el dolor de una familia, sobre todo el de una madre, y la necesidad de buscar culpables más allá de quienes lo asesinaron. Me queda la misma sensación de cuando leí las memorias de su hermana Maite (“<span style="font-style:italic;">Los Pagaza</span>”, 2004): impotencia y contención.<br />La mayor parte de lo que se dice en el libro se puede leer en las memorias de Garaikoetxea, Arzaluz (<span style="font-style:italic;">Así fue</span>), Recalde (<span style="font-style:italic;">Fe de vida</span>), Pagazartundua (<span style="font-style:italic;">Los Pagaza</span>), Rosa Díez (<span style="font-style:italic;">Merece la pena</span>), Txiki Benegas (<span style="font-style:italic;">Una propuesta de paz, Diario de una tregua</span>),… En estos, por lo menos, los nombres están bien transcritos.<br />Llama la atención que, en este libro, se obvien (además de la gente de Batasuna) aportaciones de Eguiguren, Zabaleta e Itxaso, entre los socialistas, o de Román Sudupe (que fue presidente del EBB), aunque, a final, de lo que se trata es que Patxi López cuente con otro elemento más que le ayude en su campaña. En esto el libro es bueno.Anonymoushttp://www.blogger.com/profile/01563617829033086900noreply@blogger.com0