sábado, 28 de marzo de 2009

LA RESPONSABILIDAD DEL PNV

Resulta sintomático poder leer estos días el acopio de argumentos por parte del diario El Pais para justificar el Gobierno constitucionalista. Sus mejores articulistas han tejido un argumentario de explicaciones, en algunos casos, hasta divertidas. Por ejemplo, quienes seguimos a Patxo Unzueta desde hace treinta años sabemos de su querencia por las encuestas. Las encuestas han formado parte esencia de su argumentario. Siempre en la misma dirección, claro. Pero, las cosas han cambiado. Y así, las encuestas que decían que la opción que la opción PSE-PP era la menos desada por la ciudadanía vasca, acaba matizándose. “Hombre, claro, ya se sabe…”, argumentos poco científicos para alguien como Patxo. El colofón a este argumentario es el editorial de El País del sábado en el que se reconoce que, al final, lo que proponía Patxi no va a ser posible, pero nos ofrece un corolario: “El cambio es expresión de la pluralidad vasca y merece ser apoyado por quienes piensan que no hay democracia sin posibilidad real de alternancia”. ¿Cómo se debe entender esto? ¿No es demócrata quien no apoye un Gobierno PSE-PP? ¿Qué es expresión de la pluralidad? ¿Que una mitad (la constitucionalista) gobierne frente a la otra (nacionalista vasca)?. En este sentido, resulta más creíble Aurelio Arteta. ¿Un frente constitucionalista? Claro que si.
Pero, todo esto forma parte del paisaje. Lo mismo que hacer recaer el éxito o el fracaso del invento en el PNV. ¿Cuál sería su responsabilidad? Se va a la oposición, “y no pasa nada”. Pero, se va a la oposición. ¿Con qué fin? ¿Con qué fin hace oposición el PP en Madrid? Se trata de sustituir al Partido gobernante mediante el desgaste y la crítica política (lo que se puede hacer de múltiple formas). Si, como dice El Pais en su editorial, el nuevo gobierno cuenta con “mayoria absoluta de la Cámara”, ¿para que se necesita a los nacionalistas?
Debe necesitarlos para algo porque José Antonio Pastor ha hablado del peligro de que el PNV se convierta en una fuerza “marginal” en Madrid o de la poca credibilidad de su “nueva” oposición a Zapatero. ¿Qué debería hacer el PNV cuando te “desalojan” (sic) democráticamente, eso sí? ¿Cuál es la razón por la que el PNV deba apoyar ahora a Zapatero?
Ahora, en serio. Si hubiese que elegir un momento para que el PNV se fuese a la oposición es este. El Partido ha recuperado gran parte de su espacio electoral, además, consolidada la unidad interna, tiene un año y medio para preparar las elecciones municipales y forales en las mejores condiciones, ya que el mayor desgaste por la crisis y las dificultades para hacer “política de izquierdas” se va a producir en el pacto constitucionalista. Todo ello sin obviar la situación del Gobierno central, bastante delicada, por cierto.
Siempre queda la amenaza alavesa, eso que El País llama “elemento de presión”. Es decir,” si los nacionalistas no colaboran, les quitamos la Diputación de Araba”. Claro que el PP quiere la institución foral ya por ser la primera fuerza (“para que se visualice el cambio”). ¿Y el PSOE?. Amén de que se radicalizaría el frente constitucionalista, Zapatero quedaría al albur de unos pocos escaños y Lascoz en manos del PP.
Lo dicho. En estos momentos, la principal (y única) responsabilidad del PNV es, primero, gobernar con inteligencia los territorios y preparar con esmero las elecciones municipales. Desde junio, en el Gobierno de la Comunidad Autónoma del Pais Vasco, ya no tendrá ninguna. Aquí son el PSE y el PP quienes deben sacar adelante la cosa. En PNV está en la oposición. Y no pasa nada.

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